Acciones más contundentes para proteger el Combeima

En la tarde del lunes 12 de agosto, una fuerte lluvia en la parte alta del cañón del Combeima ocasionó el crecimiento de la quebrada Bellavista, que arrastró lodo y piedras y taponó el puente que comunica a Villarrestrepo con Juntas.

No es la primera vez en el año que ocurre una emergencia de grandes proporciones: el pasado 9 de mayo una creciente del Combeima destruyó el puente que comunica a las veredas Pico de Oro y El Secreto y ocasionó afectaciones en viviendas. Además, en las dos ocasiones ha sido necesario suspender el servicio de acueducto.

Las crecientes son un riesgo latente en el cañón, que es cada vez mayor, con el incremento descontrolado de construcciones, cultivos y ganadería. Es preocupante notar como crecen las invasiones y los negocios en los lugares amenazaos por desbordamientos y deslizamientos.

La vulnerabilidad de la zona, su importancia ambiental y su condición de proveedor de agua potable hacen imperioso que se lleven a cabo gestiones prontas para reducir el impacto ambiental en un ecosistema de vital significancia para a ciudad.

El río Combeima es la principal fuente hídrica del acueducto de Ibagué (abastace a cerca del 80% de la población, según datos de la Alcaldía); por eso su preservación es esencial para la vida de los ibaguereños. Es necesario emprender acciones permanentes como el desarrollo de normatividad que permita regular y restringir las actividades que pueden resultantes contaminantes o que deterioren el entorno; ejecutar tareas de recuperación, conservación y reforestación en las riberas; mejorar las prácticas agropecuarias y forestales y realizar una permanente educación ambiental con las empresas,  negocios y familias que ocupan la zona, sobre la protección de la cuenca y la prevención de catástrofes, e identificar las amenazas causadas por la naturaleza y por el hombre.

Después de la emergencia, Cortolima anunció obras de mitigación como el dragado del río y la construcción de jarillones para estabilizar los taludes y proteger las viviendas. Además, ya se han implementado acciones a más largo plazo como la preservación de más de 7.300 hectáreas en la parte alta de la cuenca del Combeima y la creación de programas, como Pagos por Servicios Ambientales (PSA), que se canalizan a través de Cortolima y que consisten en la entrega de incentivos económicos, o en especie, a las familias residentes que adelantan tareas de conservación. Así mismo, un grupo se mujeres ha sido capacitado para que repliquen sus conocimientos temas en cuidado y uso racional de los recursos naturales, la clasificación y disposición de residuos sólidos, y la protección de fauna, flora y las microcuencas.

Sin embargo, es necesario avanzar en acciones más contundentes, pues el deterioro del río y su cuenca avanza a pasos agigantados y no solamente es un riesgo permanente para quienes residen allí, sino que la destrucción del ecosistema también impedirá que el Combeima continúe siendo el proveedor de agua de Ibagué. 

 

EL NUEVO DÍA

Comentarios