¿Es posible controlar los piques ilegales?

Los piques ilegales, especialmente de motos, y que incluyen la realización de maniobras peligrosas, son una verdadera tortura para los residentes de los sitios aledaños en donde se practican.

Hace algunos años, esta actividad clandestina era esporádica; posteriormente, cuando se construyó la doble calzada hacia el aeropuerto, este se convirtió en el lugar más frecuentado para desarrollarla (incluso se hicieron piques ilegales en la pista de Perales). Ahora no solo allí se llevan a cabo; también la vía a San Bernardo, la calle 145, la vía al Cañón del Combeima y el Vergel se volvieron “pistas” de estas competencias, con los consiguientes riesgos para los demás usuarios de las vías.

No solo hay molestia entre los vecinos por el ruido en las noches, sino que también se les limita el acceso a sus viviendas, hay consumo de licor y sustancias alucinógenas y se ha incrementado inseguridad.

Este no es un problema exclusivo de Ibagué. En ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Neiva, Popayán, Pereira, Armenia y Manizales se practican los piques, y parecen imposibles de controlar.

Para ponerles freno, se han adoptado diversas estrategias como realizar puestos de control preventivos para concienciar a los conductores sobre la peligrosidad de esta actividad, los riesgos que corren e indicarles que esto les acarrea problemas legales. Estos operativos son esporádicos y no han sido suficientes para desalentarlos. Se ha propuesto como alternativa, la adecuación de sitios para estas prácticas; en algunos casos esto no se ha concretado, y en otros (como en Bogotá) no han arrojado resultados satisfactorios, pues los amantes de la velocidad prefieren la adrenalina que se vive en las calles.

Recientemente, la Secretaría de Movilidad de Ibagué decidió intervenir de manera más contundente y efectuó un operativo en la vía al aeropuerto, que dio como resultado la imposición de 115 comparendos, por hallar vehículos sin la documentación completa. Además, inmovilizaron 50 vehículos (43 motocicletas y siete automotores).

Es necesario que las autoridades perseveren en sus acciones, que los controles se cumplan con mayor frecuencia y que las sanciones que se impongan se hagan efectivas, de tal forma que los conductores no tengan más alternativa que cumplir la ley y devolverles la tranquilidad a los vecinos de esas vías. 

 

EL NUEVO DÍA

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