El reciente boletín de la actividad del Volcán Nevado del Ruiz, emitido por el Servicio Geológico Colombiano, reseña que continuó presentando un comportamiento inestable durante la semana comprendida entre el 26 de diciembre de 2023 y el 1 de enero de 2024.

La actividad sísmica asociada al fracturamiento de rocas en el interior del edificio volcánico aumentó en el número de sismos registrados y disminuyó en la energía sísmica liberada, por lo que hace parte de los parámetros monitoreados con principales variaciones.

Los sismos se localizaron principalmente en los flancos oriental y sur-suroccidental del volcán, a distancias de hasta aproximadamente 6 km del cráter Arenas y, en menor proporción, en el cráter mismo. 

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Las profundidades de los eventos variaron entre 1 y 5 km respecto a la cima del volcán. Se destaca un incremento en este tipo de sismicidad entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, en el sector sur del volcán, aproximadamente a 3 km de distancia del cráter Arenas, con profundidades entre 2 y 4 km.

Estos eventos se caracterizaron por ser de baja energía (magnitudes menores de 1). La mayor magnitud de la semana fue de 1,4, correspondiente al sismo del 26 de diciembre a las 06:24 a.m., localizado a 6 km al oriente de la estructura volcánica, a una profundidad de 4 km. Adicionalmente,  se registró sismicidad de baja energía relacionada con la actividad del domo (protuberancia o montículo) de lava ubicado en el fondo del cráter.

Asimismo, la sismicidad relacionada con emisiones pulsátiles de ceniza y gases a la atmósfera aumentó en el número de sismos registrados y en la energía sísmica liberada. Los niveles de energía de estas señales sísmicas fueron bajos y ocasionalmente moderados. 

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Aunado a ello, el volcán continuó emitiendo vapor de agua y gases a la atmósfera. Las tasas de desgasificación de dióxido de azufre (SO2) fueron variables. La altura máxima de la columna de gases y ceniza fue de 1600 m en vertical y de 2000 m en dispersión. Estos valores fueron medidos sobre la cima del volcán el 1 de enero de 2024. 

En cuanto al seguimiento de las anomalías térmicas, desde las plataformas de monitoreo satelital, se siguen detectando anomalías en el fondo del cráter, de niveles de energía bajos a moderados.

Por último, el SCG no descarta que sigan ocurriendo emisiones de gases y ceniza que, de acuerdo con el régimen de vientos que impere en el momento de la emisión, se dispersen hacia centros poblados, generando afectación por caída de este material. Por otra parte, en este estado de alerta volcánica se pueden presentar algunos sismos que pueden ser sentidos.