¿Estancos convertidos en amanecederos?

Varios ciudadanos sienten que a las autoridades les hace falta ejercer un control más efectivo sobre los establecimientos en donde se vende licor las 24 horas del día.

En un “martirio” se convirtió para los residentes de un conjunto residencial poder conciliar el sueño, debido a los “alborotados” espectáculos y al exceso de ruido originados por personas ebrias que acuden a comprar licor en un estanco.

 

Según lo comentado por algunos vecinos de la zona, los escándalos protagonizados por los rumberos y borrachos se registran durante los siete días de la semana, especialmente después de la medianoche, cuando “las autoridades bajan la guardia y los estancos se vuelven incontrolables”. 

 


“No podemos pegar el ojo” Algunas de las personas afectadas por la bulla y el desorden que se forma en el corredor de La Cava, un estanco ubicado sobre calle 37 con carrera Cuarta, manifestaron que el ambiente se ha tornado caótico, ya que los borrachos llegan a beber a la madrugada y acompañados de música a alto volumen. 

 

Así mismo, indicaron que los andenes y corredores se convirtieron en baños públicos, hecho que los incomoda, porque el olor a orines es “insoportable”. “Todas las noches se evidencian escándalos, no hay un solo día donde los borrachos no vengan a molestar.

 

Queremos dormir tranquilos, pero por culpa de ese estanco no podemos. Nosotros creemos que cuando cierran los demás establecimientos las personas, por obvias razones, se vienen a tomar ahí, perjudicando e incomodando a quienes estamos descansando. “Lo que más nos molesta de todo esto es que los borrachos generalmente prenden a toda los equipos de sus vehículos y como si fuera poco gritan y protagonizan espectáculos bochornosos”, aseveró una de las afectadas, quien pidió la reserva del nombre.

 

Este testimonio también indicó que por lo general los tomadores llegan después de las 12:00 de la noche y permanecen bebiendo hasta las 7:00 u 8:00 de la mañana. En lo que respecta a las sustancias psicoactivas, destacaron que la marihuana es la droga que más se consume.

 

“De un tiempo para acá siempre nos perturban la tranquilidad en las horas de la madrugada; uno escucha la bulla de los carros, de la gente, pero lo más espantoso es el olor a marihuana. En la esquina donde se encuentra el estanco hay unos árboles y es allí donde se camuflan a preparar los porros”, comentó otra de las afectadas, quien dijo que por temor a represalias no daba su nombre.

 


¿Qué dicen los del estanco?

 


Frente al inconformismo expresado por la comunidad, Jhon Pedro Torres, administrador del estanco La Cava, respondió que su establecimiento no está violando la ley, ya que conforme a lo establecido en el permiso de la Alcaldía y del POT, esta zona es residencial secundaria; además, en el documento se indica que el local está clasificado como comercio especial, porque se ubica en una vía principal.

 

“El objeto primordial del estanco es vender licor; si una persona viene después de las 10:00 de la noche, que es cuando se vende por ventanilla, y me compra una cerveza o lo que vaya a llevar, pero decide tomársela en el andén, yo no puedo obligarla a que se vaya, porque sencillamente yo no soy el dueño de la calle. “Mi local es respetuoso de las normas. Yo vendo toda la noche, pero ni les pongo música a los clientes ni les acondiciono mesas para que tomen.

 

En este sitio jamás se han registrado peleas ni nada por el estilo; la Policía aquí no ha tenido que actuar”, manifestó. En el sentir de Torres, el problema de los tomadores es un problema de falta de cultura ciudadana, ya que son los clientes los que se apropian de las zonas públicas para ingerir licor. De igual forma comentó que las personas de los apartamentos se volvieron intolerables.

 

“Yo tengo autonomía sobre mi negocio, pero lo que hagan los compradores en los alrededores no es mi responsabilidad. Así mismo, debo decir que los del edificio se tornaron muy agresivos, pues hasta agua les han echado a los tomadores”, agregó.

 


¿Y las autoridades?

 

Por su parte Carlos Gómez, director de Justicia, manifestó que el control a este tipo de establecimientos recae sobre la Policía. Según el funcionario, esta no es la primera vez que la comunidad se queja por el funcionamiento de los estancos, por tal razón indicó que se está estudiando la posibilidad de restringir el funcionamiento de los mismos.

 

"La Dirección de Justicia tiene programado presentarle un proyecto a la Secretaría de Gobierno para restringir el horario de los estancos; inicialmente se ha pensado en que estos funcionen hasta las 3:00 de la mañana, porque últimamente estos están causando muchos problemas. 

 

"Por otra parte, hay que precisar que después de las 10:00 de la noche un 24 horas sólo puede vender por ventanilla, pero a los comerciantes les hace falta mucha responsabilidad social para cumplir con ello. Sobre La Cava, así como a otros estancos, tendremos que trasladarle oficios a la Inspección de Policía, con el fin de que hagan más control".

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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