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Que el virus fue preparado en un laboratorio, dicen unos. Otros lo atribuyen a un murciélago no bien cocinado, a una locura de ateos, a un complot de la izquierda, a una maniobra castro-madura, o la mano que le emputaron a un vendedor de milagros, que gritaba sus prodigios en la plaza de Villarrica, cuando los que se apropiaron de tierras para sembrar café se habían acostumbrado a matar campesinos para aumentar su poder antes de llegar el Ejército con los pájaros y la chulavita a matar hasta el nido de la perra y no dejar ni un liberal.
Hicieron de todo. Bombardearon, fusilaron, descuartizaron, incendiaron, abandonaron miles de niños huérfanos en las ciudades, sacrificaron varias comunidades con la bendición del dictador y bajo el mando de tropeleros regresados de Korea. Todavía se menciona al nefasto teniente Calvache, aunque falta el monumento que, como está la situa, le mandará a hacer, el Centro de Memoria Histórica al coronel Forero Gómez, el mismo que dirigió el fracasado golpe del 2 de mayo de 1958 contra la Junta Militar que reemplazó a Gurropin .
Así nació la dependencia a la mata, esta vez del café, luego sustituida por la marimba y la coca con su cola de corruptos, mafiosos y politiqueros. Mata, tierra y campesinos. Varias épocas que sin ser las mismas son iguales, si nos paramos en el portillo de alambre de púas donde se quedaron los calzoncillos rosados que identificaban a unos asesinados en falsos positivos según un exministrico de defensa.
El coronavirus está haciendo su daño y el gobierno su esfuerzo por atender la situación y en la comunidad se ve de todo, especialmente unos bellacos que aprovechan la tragedia para acaparar y especular con elementos necesarios para atender a los afectados. Afortunadamente, el país ha sido testigo del sacrificio y del trabajo abnegado del personal de salud. Médicos, enfermeras y auxiliares, están en la primera línea, para atender las necesidades de los afectados. Para todos ellos felicitaciones y mil gracias.
Menos mal que como que están en receso Cianurito Martínez y sus especializados y que tienen en el cuarto de los reburujos al cavernario Ordóñez y a Pachito Santos, aunque las intelectuales del combo siguen rebuznando, mientras unos culebreros y predicadores siguen tendiendo la mano y la delincuencia cultural llora la realización del Festival de la Música y el Festival Folclórico Colombiano y los deportistas siguen como los agricultores, esperando que les cumplan las promesas, mientras continúan destruyendo bosques y asesinando indígenas.
*.-“No hemos escuchado las voces de los pobres y del planeta” (Papacho).
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