El Ministerio de Educación está elaborando el Plan Decenal de Educación para los próximos 10 años, el desafío es que Colombia cuente con un sistema de educación articulado a 2026 para responder al posconflicto y la etapa de reconciliación, para ello la primera pregunta que surge es ¿Cuál es el papel de ese Plan en el posconflicto? La respuesta después de conocer los resultados de las pruebas saber 11 de 2016 no es otra que superar las brechas sociales. Los buenos resultados en dichas pruebas se concentraron en zonas urbanas, mostrando un mundo rural relegado. Esta realidad justifica la decisión del Ministerio de iniciar el diseño del Plan priorizando la educación rural.
Los esfuerzos del Ministerio en los últimos años se han centrado en las zonas urbanas, y por eso la mejoría en las pruebas Saber, pero muy poco se ha hecho en intervenciones de calidad en lugares con poca presencia del Estado. Es claro que hay que empezar ya o las brechas van a ampliarse. Así las cosas, ya se habla de un Plan Nacional de Educación Rural que busca cerrar la brecha campo - ciudad.
Para esto los ministerios de Educación y Hacienda ya anunciaron que con los recursos que se incorporaron de la reforma tributaria, la educación rural en Colombia recibiría un impulso durante los próximos cinco años con una inversión estimada de 1.6 billones de pesos para construir 200 nuevas sedes y 20 internados, además de infraestructura de servicios en zonas apartadas. Se ejecutará también mejoras en 400 escuelas que hoy funcionan y se trabajaría en dos componentes claves: el ambiente escolar y mejores condiciones para docentes y directivos.
En la construcción del Plan Decenal se han convocado a foros y talleres, las conclusiones muestran que los expertos en educación quisieran ver en el nuevo Plan Decenal 2016 - 2026 que es un derecho fundamental y no un servicio público, que se reconozca que ésta es un motor del desarrollo humano, que la formación en paz y ciudadanía sea transversal y no sólo como un componente más del currículo, y que exista una clara distinción entre competencias para el mundo del trabajo y capacidades para la vida.
Las fallas reconocidas por expertos al actual modelo en Colombia radican en que no se ha hecho un gran acuerdo nacional por la educación aunque se ha hecho esfuerzos particulares, que existen planes, programas y estrategias adoptados de otras latitudes desconociendo las realidades propias, escritos por técnicos alejado a la participación, que no conoce el entorno, ni la realidad desde la región.
Así las cosas, las acciones deben focalizarse en las regiones donde hubo incidencia del conflicto, con el fin de disminuir los rezagos, dando las mismas oportunidades a las zonas rurales y aprovechando la experiencias que se tiene con modelos como Escuela Nueva y llevándolos a escalas más grandes y modelos flexibles.
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