El Gobierno de Santos cometió un grave error político durante la implementación de la vía rápida o fast track y fue querer meter cuanta reforma necesitaba mediante este mecanismo, la reforma a las CAR, la regulación de la consulta previa, y muchas otras más no tenían que ver directamente con el objetivo propuesto al diseñársele, implementar los acuerdos de paz.
La Corte Constitucional, la misma que le dijo no a un tercer periodo presidencial a Uribe, le dijo a Santos que en una democracia debe existir separación de poderes. Este fallo deja algunas reflexiones.
La primera es al Congreso, éste existe por una razón en una democracia como la nuestra, representar al pueblo colombiano y para ello es libre y autónomo, no puede exigírsele avales previos al ejecutivo para hacer modificaciones a la ley y a la Constitución. Lo contrario es poner por debajo del Ejecutivo al Congreso, es un paso a una dictadura. En ocasiones los congresistas se olvidan de esto y cambian su libertad y autonomía por algunas migajas del presupuesto y burocracia.
La segunda es que la negociación del acuerdo de paz requiere pasar por el Congreso, la opinión del pueblo colombiano a través de sus delegados en la corporación legislativa no solamente es válida sino muy importante. Es la nuestra una democracia representativa. Las leyes que ya se aprobaron no podrán ser modificadas, pero las que aún no sí. Y aunque el Gobierno tiene mayorías en el Congreso, y es predecible que se vote favorablemente los proyectos, para el futuro del proceso es mejor que las cosas estén claras desde ya.
La tercera tiene que ver con los tiempos de aprobación, ahora los trámites van a ser más lentos, porque se discutirán las propuestas y porque además se deberá votar artículo por artículo. El efecto de eso será la demora en la implementación del acuerdo, ahora se tendrá una Slow Track.
Estas dos últimas reflexiones plantean un reto para el Gobierno nacional, mantener la unidad nacional, lograr los cuórum y mayorías, en el menor tiempo posible. El reto será desgastante para el Gobierno debido al debate que plantearán los congresistas del Centro Democrático y aunque algunos voceros de los partidos de La U y Conservador han salido a decir que todo seguirá igual, la verdad es que a medida que se vaya acercando la época electoral las cosas podrán cambiar como causa de un país político que votó no al plebiscito y que se ubica en el espectro político de centro derecha.
Y es tal vez precisamente por esto que ya se le escuchó decir a Humberto de la Calle que es ingenuidad del Gobierno cifrar sus esperanzas en las mayorías del Congreso para evitar que se modifique el acuerdo de paz.
Y la cuarta, es que, con motivo de esta decisión de la Corte y de sus efectos, oficialmente ya hay un precandidato presidencial que saldrá a defender el acuerdo pactado, Humberto de la Calle.
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