¿En qué van las alianzas público privadas anunciadas en Ibagué y el Tolima por los gobiernos municipal y nacional como estrategias de financiamiento para nuevas obras? Esta pregunta es bastante pertinente en este momento como quiera que la semana anterior se escuchó de nuevo que la obra vial 4G Cambao - Lérida - Murillo - Manizales tiene problemas de cierre financiero y de permisos ambientales en la zona del Parque Nacional Los Nevados.
Todo parece indicar que por ahora esta obra no se ejecutará. La desinflada de las autoridades locales de los municipios del Norte del Tolima es evidente, y no se diga del desconsuelo de quienes por allí habitan y que ya hacían cuentas de crecimiento económico y de competitividad regional.
De igual manera está pasando con otras obras anunciadas para Ibagué, nadie ha vuelto a mencionar desde la Administración municipal la posibilidad de construir nuevas obras en carreteras, parques y edificios públicos. Sería muy triste para el desarrollo económico local de la ciudad que no se logre concretar alguna de estas.
Es muy importante que la opinión pública sepa si este mecanismo será finalmente usado o no, porque de no lograr concretarse, valdría la pena que se revisen las posibilidades de inversión a través de mecanismos como la valorización. El problema de ésta es que a medida que pasan los días, la Administración municipal se queda sin tiempo para ejecutar las obras, situación que probablemente desmotiva la acción del Alcalde y su equipo político.
Mediante el mecanismo de Alianza Público Privada se alcanzó a proponer inversiones para el distrito de riego del Sur del Tolima y otros distritos, y de escenarios deportivos para la ciudad. Estas propuestas también entraron al refrigerador o si se quiere, se perdió todo interés. También contribuyen a esta situación los problemas económicos del país, aunque el Ministro de Hacienda y los analistas saben que para superar los problemas de desaceleración económica se necesita aumentar el gasto y la inversión en bienes públicos. Aquí el problema es de una dirigencia débil.
Y la verdad es que a medida que pasan los días y se acerca el fin del Gobierno nacional, su atención es terminar lo que tiene proyectado y que va andando, y no meterse en nuevos proyectos, que para nada favorece los intereses de las administraciones locales y de la comunidad en general.
No hay duda de que estamos en un punto de inflexión en la línea de tiempo de los gobiernos, y si no se pone cuidado a este tema de manera urgente, cuando menos nos demos cuenta ya no habrá qué hacer por los gobiernos territoriales para impulsar y ejecutar las obras a través de la estrategia de APP, lo que crea una vez más el desconsuelo que se da en el postmundo de los anuncios de gobierno con los que se entretiene a la opinión publica los dos primeros años de gobierno.
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