La falta de reductores de velocidad en la carrera Primera con calle 76 del barrio Arkaniza I tiene preocupados a los residentes y transeúntes porque sobre el lugar, los vehículos pasan a altas velocidades representando un grave riesgo para quienes deben atravesar la vía.
La zona escolar
Aunque los reductores generan molestia a algunos conductores, vecinos del sector expresaron que temen por los niños y jóvenes que pasan todos los días camino a las instituciones educativas.
“Muchos niños se desplazan con los padres de familia, desde las 5:30 de la mañana. Los niños han estado a punto de ser atropellados por los carros”, dijo Luis Ernesto García, habitante de Arkaniza I.
Así mismo, García señaló que los vehículos se desplazan a 60 y 80 kilómetros por hora.
“Está demarcada la vía con zona escolar como manda la ley, pues a 100 metros de esta dirección se encuentra el colegio San Francisco y a 300 el colegio Shalom, pero la señalización no la respetan por eso es necesario por lo menos un reductor de velocidad en este sitio; en seis meses he visto cuatro accidentes”.
Vieja solicitud
El 18 de mayo de 2011, el habitante envió un oficio a la Secretaría de Tránsito y Transporte -respaldado por varias firmas- donde solicitaba “si es posible ordenar la construcción de un reductor de velocidad y así evitar más accidentes de los ya acontecidos en esta dirección”, dice el texto.
El primero de junio de ese año, dicha Secretaría dio respuesta al documento. “Se debe realizar una visita técnica por parte de uno de los ingenieros del Grupo Operativo y de la Movilidad, en busca de evaluar la instalación de dicho dispositivo”, reza el documento.
Sin embargo, luego de la inspección, se ubicaron reductores en otros sitios que a juicio de García no lo requerían.
“El inspector vino pero hizo instalar en otro sitio el reducidor, me hizo firmar un papel tal vez para declararme conforme pero no lo estamos porque se requiere es acá”.
“Esta es una calle principal y colocaron reducidores donde no se debía, por ejemplo, arriba cerca a un monte donde no hay riesgo, porque casi no pasan personas por ese lado y otro más abajo donde la calle está sellada; esperamos que nos colaboren porque no queremos más accidentes”, aseguró.
La voz
El secretario de Tránsito y Transporte de Ibagué, Pedro Julián Gómez, sostuvo que dicha cartera “debe atender los requerimientos de la ciudadanía y más en el tema de seguridad vial, específicamente con el tema de los reductores, hay una larga lista de solicitudes al respecto, por parte de la comunidad.
“No obstante, hay unas condiciones mínimas que establece el manual de señalización y que deben ser cumplidas a cabalidad para implementar los reductores, como revisar si es una vía principal o complementaria, porque no es lo mismo colocar un resalto sobre una vía que tiene un tránsito muy alto que sobre una vía local; el tema lo vamos a tratar y esperamos ser diligentes para atender esa necesidad”, anotó.
Gómez añadió que en un memorando enviado a su despacho por parte de Planeación se le solicitó un listado con el fin de establecer cuáles son los reductores que han sido construidos de manera oficial para que se puedan georeferenciar esos sitios.
“La otra manifestación en ese oficio, se refiere a la suplementación propiamente dicha, dado que ese tipo de estructuras que se colocan sobre la vía, hacen parte del espacio público y como tal debe tener también una revisión por parte de Planeación”.
Adicionalmente, se está contemplando la posibilidad de utilizar otras estrategias para reducir la velocidad.
“No necesariamente se debe instalar el reductor conocido como ‘Policía acostado’, quiero proponerle a la Secretaría de Planeación el tránsito calmado o pacificación del tránsito, que es la utilización de estructuras entre ellas las islas de seguridad para el paso peatonal con las cuales se regule la velocidad; la idea es implementar otro tipo de medidas que inclusive permitan mejorar el aspecto urbano”.
Inundados
Sumado al riesgo que enfrentan los residentes del sector por cuenta de la rápida circulación de vehículos, otra situación que los aqueja es el daño de un tramo de la calle 76 que según los afectados se agravó por una intervención del Ibal y ahora resultan inundados tras las fuertes lluvias.
Humberto Caicedo, morador y comerciante del lugar, indicó que “esta vía está cada día peor, no la han querido arreglar no se por qué. Tengo cinco años de estar acá, incluso la acabaron de dañar cuando los funcionarios del Ibal metieron unos tubos y dejaron destapado”
“La intervención la hicieron hace año y medio pero nunca hubo reparcheo, como consecuencia de eso, la arena y escombros con la que taparon se ha ido a las alcantarillas y cuando llueve el agua no drena, por eso se ha inundado mi establecimiento porque (el agua) llega a la altura del andén y al pasar los carros viene la ola y se entra el agua, así ha pasado con gran parte de las viviendas de aquí”, agregó.
La situación es tal que algunos de los vecinos que no cuentan con antejardín, han tenido que construir pequeños muros de contención para evitar la inundación como en la vivienda ubicada en la calle 76 número 1-72.
“Los dueños de la casa tuvieron que hacer un muro dentro del garaje para evitar que se les entre el agua a otras partes de la casa. Solicitamos que la autoridad competente nos de una solución a este problema”, dijo Caicedo.
Frente al tema, el gerente del Ibal Eduardo Bejarano, señaló que “en toda la ciudad vemos que hicieron obras (la anterior administración) pero las dejaron así y ahora nos toca llegar a arreglar eso”.
El funcionario nos remitió a la ingeniera de Alcantarillado de la entidad, Erika Palma quien aseguró que “es la primera manifestación que me hacen sobre ese sector, tocaría revisar la situación que se está presentando y tomar alguna determinación.
“Me comprometo para ir el martes en horas de la mañana a mirar cuál necesidad tienen, qué obra quedó inconclusa y evaluar las acciones pertinentes para resolver este problema”, finalizó.
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