Con la celebración del natalicio de Alfonso Palacio Rudas, los habitantes de la ciudadela Simón Bolívar recordaron la forma en la que los armeritas desplazados por la catástrofe del 13 de noviembre de 1985 en Armero construyeron una nueva comunidad en Ibagué.
Para Carmenza Duque, una de las fundadoras del barrio, “este inició entre la desesperanza de haberlo perdido todo y la necesidad de construir un hogar que sintieran como propio”.
Por esta razón, en 1993 vieron la necesidad de organizarse como comunidad y empezar a exigir sus derechos, a través de la ejecución de obras que les permitieran tener un lugar propio para cobijarse.
Fue así como lograron, a través de una acción popular, construir la institución educativa Alfonso Palacio Rudas, sobre un terreno que, según comentan sus habitantes, era un basurero.
“Esto se logró gracias a la gestión de líderes emprendedores que ya fallecieron, como Juan de la Cruz Rodríguez, Luis Enrique Salazar y Enrique Mosos”, señala Duque.
De igual forma, destaca que con la gestión del entonces alcalde Álvaro Ramírez se logró la construcción del primer piso del plantel educativo; posterior a eso, el Ministro de Educación aportó más dinero; por último, en la administración de Rubén Darío Rodríguez se dio por terminado el colegio.
Otro colegio fue al que sus beneficiarios quisieron llamar, en homenaje a Armero, institución educativa Armeritas, pero no fue posible. No obstante, se sienten complacidos de llevar el nombre de ‘El Cofrade’, tolimense, abogado, economista y político, Alfonso Palacio Rudas, cuyo natalicio celebraron el pasado viernes.
La ciudadela Simón Bolívar
Este barrio es el sector más extenso de la comuna Ocho, con cinco etapas que se identifican como ciudadela Simón Bolívar etapa I, etapa II, sector Oriental, etapa III y sector Baltazar.
Cada una de ellas tiene su propia personería jurídica; sin embargo, todas giran en torno de un objetivo común: construir una sociedad donde los niños apuesten a la educación.
“Por tal motivo estamos apostando al semillero, un programa de la Administración local que pretende incentivar en los menores la educación y el deporte, para que se formen como personas de bien”, mencionó Alexis García, edil de la comuna Ocho.
Y resaltó, además, la importancia de que los jóvenes estén muy al tanto de las becas y los beneficios que ofrece el Ministerio de Educación para estudiar diferentes carreras en el exterior e incluso en el país.
A agigantados pasos ha crecido el barrio, tanto así que se consolida como uno de los sectores con más proyección para el desarrollo microempresarial, pues las tiendas, las bisuterías y las plazas de mercado están llegando al lugar.
El presidente de la JAC de la segunda etapa, Luis Carlos Calderón, apunta que una de las caracteristicas del barrio es que la gente está dispuesta a trabajar por un bien común, y que las Juntas de Acción Comunal tienen todo el interés de hacer un trabajo colectivo y con resultados.
Las costumbres de sus habitantes
Según describió Orlando Guzmán, presidente de la Primera Etapa, la ‘gran’ cancha de arena que tienen y que cuenta con excelente drenaje permite que los fines de semana, sea habitual ver el lugar lleno de familias.
“Ellos disfrutan viendo a sus hijos participando de algún torneo, comiendo fritanga y casi siempre tomando cervecita”, dijo Guzmán.
También expresó que cuando hay alguna actividad, la comunidad prepara mingas, con lo que también se permite la unión de toda la comunidad.
Invitación al barrio
Todo lo anterior concluye en una invitación formal por parte de los habitantes de la ciudadela a todos los ibaguereños, ya que aseguran que en este barrio se puede encontrar historias de sobrevivientes de la tragedia de Armero y del progreso de una ciudad que los ha tenido en cuenta.
Es un lugar donde la gente podrá apreciar particulares viviendas con pocos metros de distancia de los vecinos de en frente, una cancha grande para la recreación, la iglesia San Lorenzo, en homenaje a la de Armero, y, por último, la primera Casa de Justicia del Departamento.
“Esto además de deliciosos platos, que se ofrecen todos los domingos mientras los jóvenes juegan fútbol, las mujeres se relacionan y los hombres se toman las cervezas”, concluye Guzmán.
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