"Querido Santa, en esta Navidad no estoy buscando regalos. Solo tengo un deseo especial: quiero que mi mamá se libere de las deudas que la han estado atormentando y que deje de llorar". Estas son las conmovedoras palabras de Gerineth, una nena de apenas cinco años que para su edad, conmovió con su deseo tan maduro y consciente sobre la situación real que atraviesan como familia. 

Aunque el propósito del escrito era poder plasmar sus anhelos materiales, la menor identificó su regalo perfecto, que no se trataría justamente de una muñeca, ropa o cualquier oto. 

En lugar de elaborar la típica lista de deseos infantiles, Gerineth decidió dirigir su carta a Santa Claus con un pedido más profundo y real. Expresó las dificultades económicas que su mamá enfrenta y cómo las deudas han afectado su estabilidad emocional, llevándola a derramar lágrimas con mucha frencuencia. 

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La pequeña, con una mezcla única de inocencia y madurez, ha priorizado la estabilidad mental de su progenitora sobre cualquier objeto material. Su deseo no es un juguete o un capricho, sino la tranquilidad y la sonrisa de su ser querido y asimismo de todo su círculo familiar. 

La reflexión que ha dejado esta niña en esta época de amor, reconciliación y unión es que ha elegido pensar en alguien más que en ella misma.