El pasado miércoles, primero de enero, se viralizó un video que muestra a un joven bogotano siendo agredido por una patrullera de la Policía Metropolitana de Bogotá mientras grababa un procedimiento de verificación de datos en un parque de la ciudad. El incidente dejó al joven con una lesión visible en el rostro, lo que desató una ola de indignación en redes sociales.

En el video, se evidencia cómo la uniformada, visiblemente molesta por ser grabada, golpeó al joven en la cara mientras le decía: “A mí no me esté tomando fotografías ni nada por el estilo”. Momentos después, otro video muestra al joven con una fuerte inflamación en el rostro, registrando la identificación de la moto en la que se movilizaban los agentes.

La Policía Metropolitana de Bogotá, mencionada ampliamente en redes sociales, emitió un comunicado anunciando la apertura de una investigación disciplinaria contra la patrullera para esclarecer los hechos ocurridos en la localidad de Suba. Según la institución, el video correspondería a un episodio presentado en octubre de 2024, aunque el caso apenas se hizo conocido tras la difusión del registro.

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, también se pronunció en redes sociales, condenando el acto de agresión. 

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“Le he pedido a la Policía de Bogotá esclarecer los hechos y aplicar las sanciones correspondientes. Debemos mantener una relación respetuosa entre autoridades y ciudadanos”, mencionó Galán. 

El incidente ha generado un amplio debate sobre el uso de la fuerza por parte de la Policía y el derecho de los ciudadanos a registrar los procedimientos de las autoridades. Miles de usuarios de redes sociales manifestaron su apoyo al joven agredido y repudiaron el actuar de la patrullera, exigiendo medidas ejemplares para evitar que estos hechos se repitan.

Por su parte, las autoridades locales reiteraron su compromiso de garantizar que las investigaciones avancen y las sanciones pertinentes sean aplicadas en caso de determinarse responsabilidad. Este caso, que ha captado la atención pública, plantea interrogantes sobre la necesidad de fortalecer los protocolos de actuación policial y fomentar el respeto mutuo entre ciudadanos y agentes del orden.