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Andrés Francel es un arquitecto, docente e historiador, cuya vida está marcada por la pasión y la creatividad. Su enfoque interdisciplinario abarca desde la arquitectura hasta la historia, la música y las artes visuales, lo que lo ha llevado a convertirse en una figura clave en Ibagué, donde ha impulsado una profunda transformación académica y cultural. "Yo soy una persona que vive de la creatividad, del deseo de conocer cosas nuevas, de aprender y de tratar de aportar a la sociedad a partir del conocimiento", señaló.
Egresado del programa de Arquitectura de la Universidad de Ibagué y con una destacada formación académica internacional, Magíster en Historia y Doctor en Historia por la Universidad Nacional de Tres de Febrero en Buenos Aires, y Postdoctor en Arte y Arquitectura por la Universidad Central de Venezuela, Francel ha dedicado su carrera a entender las causas de nuestro entorno y cómo, a través del conocimiento y la reflexión, podemos construir un futuro más sensato. La historia y la producción textual, influenciado por el escritor y maestro César Pérez Pinzón, fueron claves para su transición del diseño arquitectónico a la profundización en las ciencias sociales y humanas.
“Gracias a él pude profundizar en la producción textual, debido a que generalmente en arquitectura nos dedicamos a la generación de gráficos de planos, de volúmenes y dejamos un poco de lado la producción escrita. Así que para mí encontrarme con César, fue un buen suceso que me ayudó a transformar mi vida y también a adentrarme en toda esa parte textual y, justamente fue por eso, que elegí la maestría y el doctorado en Historia”.
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Desde su llegada a la Universidad del Tolima en 2013, Francel ha sido un motor de cambio, contribuyendo a la transformación de la Facultad de Tecnologías a la actual Facultad de Ciencias del Hábitat, Diseño e Infraestructura. Como director del programa de arquitectura y más tarde como decano, ha promovido un enfoque más amplio y actualizado de la formación académica, introduciendo nuevas opciones de grado y creando la Maestría en Urbanismo, la cual ha brindado a los estudiantes locales la posibilidad de formar parte de este campo sin tener que desplazarse a otras ciudades o países. “El propósito es brindarle la posibilidad a las personas que habitan este territorio, para que no tengan que desplazarse a otros países como nos tocó a algunos o a otras ciudades, sino que aquí en su propio terruño y con el talento humano que tenemos y el capital intelectual podamos seguir creciendo”, dijo.
Además de su enfoque pedagógico, Francel ha impulsado la creación de proyectos como la revista B33 Arquitectura y Urbanismo, el Simposio Internacional de Estudios de Arquitectura y Ciudad, y la Maestría en Urbanismo, contribuyendo al crecimiento de la producción intelectual y científica de la facultad. Su visión no se detiene aquí: el futuro cercano traerá un Doctorado en Urbanismo y una especialización en Gerencia de Obras con metodología BIM, una tecnología avanzada que está revolucionando la industria.
Sin lugar a dudas, la carrera de arquitectura ha sido una de las más desafiantes y estresantes para los estudiantes, quienes a menudo se ven atrapados entre maquetas, planos y trasnochos. Sin embargo, un innovador enfoque pedagógico está transformando esta realidad. Francel decidió romper con la rutina tradicional de clases, llevando a sus estudiantes fuera del aula para aprender a través de la experiencia directa de la ciudad.
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Por tal razón, Andrés comenzó a implementar caminatas urbanas. "Sentir la ciudad" se convirtió en un principio central, con caminatas por la ciudad que permitieron a los estudiantes no solo estudiar historia de la arquitectura, sino también comprender cómo el urbanismo se materializa en su entorno cercano.
El siguiente paso fue la incorporación de paseos en bicicleta, una experiencia que fusiona ejercicio, aprendizaje y disfrute del patrimonio. Tras una invitación a participar en una rodada en bicicleta, Francel se convenció de que esta actividad podía ser utilizada como una herramienta pedagógica. Así, comenzó a organizar los "bicipaseos" por la ciudad, involucrando a sus estudiantes en el descubrimiento de las cualidades urbanas, mientras recorrían calles, sentían el viento y se conectaban con su entorno. “Rompemos un poco nuestra rutina y estamos llevando la universidad a las calles. Ese ha sido como en síntesis ese proceso de las biciclases de arquitectura y urbanismo” afirmó Andrés.
La propuesta no solo fue bien recibida por los estudiantes, sino que se expandió a nivel nacional, con la participación de diversas universidades y organizaciones como la Sociedad Colombiana de Arquitectos y la Fundación Entandem. Los paseos patrimoniales en bicicleta comenzaron a atraer a cientos de personas y se convirtieron en un fenómeno en ciudades como Mariquita, Honda, Ambalema e Ibagué. Estos paseos no solo eran una forma de disfrutar de la arquitectura local, sino también una oportunidad para promover la movilidad en bicicleta y reivindicar el espacio público.
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Gracias a la gestión de la Fundación Entandem, el proyecto creció aún más, llevando a los organizadores a importantes foros internacionales, como el Foro Mundial de la Bicicleta en Ciudad de México, donde dirigieron una exitosa ruta patrimonial. Los "bicipaseos" se convirtieron en un modelo que no solo buscaba la educación sobre arquitectura y urbanismo, sino también la creación de comunidad y el fomento de hábitos saludables.
En cunto a la conservación patrimonial del Tolima e Ibagué, Francel señala que enfrenta varios desafíos. Pese a que existe una visión tradicional que aboga por mantener el patrimonio intacto, existe una perspectiva más pragmática que busca aprovechar estos espacios para obtener beneficios económicos, lo que a veces implica su demolición. Esta tensión entre protección y rentabilidad es un tema complejo, y en ocasiones, algunos propietarios prefieren dejar sus inmuebles en estado de ruina para poder demolerlos y acceder a recursos. "Hace falta un plan en el que se unan varias entidades, ahí juega un papel fundamental la administración pública, que es la que debe congregar a todas las organizaciones y a las personas para poder mejorar las condiciones patrimoniales”, indicó Francel.
Luego, agregó: “En Ibagué, muchos edificios, monumentos y elementos naturales están en un estado de gran deterioro. Los árboles, como los samanes y ocobos, son cortados sin consideración, y las edificaciones históricas, como iglesias y claustros, también presentan un notable desgaste. Aunque existen iniciativas aisladas, como el plan de fachadas en La Pola o la licitación para la restauración del Centenario, la falta de un enfoque integral y un plan sistémico de conservación es evidente. Para mejorar esta situación, es fundamental involucrar a diversas entidades y a la ciudadanía en general, fomentando una cultura de preservación. Solo a través de un esfuerzo conjunto y una verdadera planificación se podrá evitar que el patrimonio de la región siga deteriorándose, como ha ocurrido con la Concha Acústica o la casa de Jorge Isaacs, que hoy están en grave riesgo”.
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En el Tolima, Francel cree que cada lugar tiene su propio encanto y riqueza histórica. Territorios como Ambalema, Mariquita y Falan son emblemáticos, pero también existen otros municipios y barrios que, aunque no se reconocen como patrimoniales, tienen características valiosas que merecen ser preservadas. Por ejemplo, el barrio Jordán en Ibagué, ha sido tradicionalmente considerado un barrio popular, “tiene una arquitectura fascinante que refleja una parte de la identidad local que no siempre se valora” señaló. Francel, ha trabajado en visibilizar estos aspectos, como cuando investigó la historia del barrio Belén de Ibagué y su relación con arquitectos de renombre. Además, ha realizado videos en TikTok sobre el hotel F-25 y la conmemoración de la avalancha de Armero, buscando destacar cómo el patrimonio y la cultura local pueden ser un atractivo turístico y una forma de fortalecer la identidad.
Andrés ha ganado popularidad por sus videos divertidos y creativos que capturan la esencia de la cultura local. En sus publicaciones, combina humor, situaciones cotidianas y referencias a la vida en la ciudad, conectando de manera única con sus seguidores. Además, aprovecha las tendencias globales de la plataforma para adaptarlas al contexto colombiano, lo que le ha permitido destacar y ganarse una comunidad fiel. Su estilo auténtico y espontáneo lo ha posicionado como un referente para muchos jóvenes ibaguereños que buscan entretenimiento y distracción en las redes sociales.
Cada edificación es producto de un contexto social, político y económico específico. Al analizar estos espacios, se pueden comprender mejor las motivaciones detrás de su construcción. “La arquitectura no solo responde a necesidades funcionales, sino que también expresa la identidad cultural de la comunidad que la construye”, acotó. Así, cada elemento arquitectónico se convierte en un símbolo cargado de significados que contribuye a la construcción de una ciudad y su memoria colectiva. Por eso, al redescubrir y valorar el patrimonio arquitectónico, se promueve una mayor conexión emocional con el entorno, lo que puede contribuir a una mejor comprensión y disfrute de la ciudad.
Con una trayectoria dedicada a la educación, la investigación y la creatividad, Andrés Francel sigue siendo un referente para las nuevas generaciones. Su liderazgo, basado en su sensibilidad hacia el arte, la ciencia y la historia, busca formar ciudadanos comprometidos con el futuro y el bienestar de la sociedad.
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