Repidante y canallesco
Hago alto en mi habitual temática sobre el futuro regional para decir que, quienes residimos en los alrededores del “Parque Murillo Toro”, al igual que quienes habitan las proximidades de los distintos parques, plazoletas y demás espacios públicos de Ibagué, debemos entender que estos son lugares propicios para el goce personal, para la camaradería, para ejercitar o exhibir actos culturales y, en el caso del “Murillo Toro”, por ser atrio de la Gobernación, para ejercer el derecho a la protesta y otros convites cívicos. Igual debemos entender que, dadas los altos índices de desempleo e informalidad en Ibagué, estos espacios deben acoger ferias artesanales y más eventos económico-culturales mediante los cuales, cientos de personas, muestran sus saberes y destrezas y obtienen el sustento familiar, respetables propósitos que obligan tolerancia y apoyo acorde a nuestras posibilidades.