Nuestros indígenas

Columnista Invitado

Muchas cuartillas se han llenado con este tema, algunas criticándolos, otras defendiéndolos y otras tantas lamentando su pobreza.
PUBLICIDAD

Y pienso que todas son ciertas. Critico la manera como han ofendido a las instituciones militares cuando las cercan y estos no las levantan sus armas en su defensa y prefieren la humillación. Igualmente, reconozco su tarea en la defensa del medio ambiente. Cerca del 45% de los bosques están en sus resguardos, la flora y fauna son su responsabilidad, pero la más importante es defender las aguas, muchas forman parte de lo que luego son grandes ríos.

Duele su pobreza, es triste ver cómo su población infantil crece en la necesidad, algunos no son capaces de soportarla y fallecen, en parte porque impiden que la medicina oportuna llegue a sus refugios.

Petro siempre las ha utilizado para mostrar la presencia del pueblo en sus ya pobres concentraciones, puesto que los recursos para llegar a ellos han quedado en los bolsillos de sus áulicos. Creo que solo ha servido para maltratarlos.

Sus etnias llegan a ser aproximadamente millón y medio de indígenas, siendo un poco más de un 3% de la población. Sus resguardos ocupan un poco más de un 30% del territorio Colombiano.

Los indígenas del Amazonas son los que defienden esa gran reserva ambiental, la que corresponde a más de un 50% de carbono. ¿Qué sería de ella sin ellos?

En contraste, la población indígena de los EE.UU. son cerca de los 10 millones, ocupan sus resguardos en varios estados americanos y son una población rica. El Congreso ha legislado para otorgarles la ubicación de casinos, donde el juego y la prostitución son la fuente que llena sus arcas porque no pagan impuestos.

¿Quienes de mi generación no recuerdan las películas de guerra de los indígenas contra los ejércitos de blancos? Todas las escaramuzas de la mitad de los años 1800, tratando de obligar a los indios rebeldes a que regresaran a sus resguardos. Entre todas, la famosa batalla del general Custer contra Caballo Loco, quien comandaba un ejército de varias tribus que ocupaban el valle de Yellowstone. Hoy este lugar es puesto de nuevo en cartelera en Netflix, donde un terrateniente se enfrenta con un jefe indígena de la región muy rico por sus casinos y las quiere comprar.

Hasta la ciudad de las Vegas ve pasos de animal grande y se sorprende que mientras recaudan 6 mil millones de dólares, ellos pasan de los 30 mil millones. El promedio de ingresos de sus resguardos es mucho más alto que el de sus antiguos enemigos en todas las ciudades.

Hay que sumar que aquí en Colombia se cuecen habas en nuestra tierrita. También se formaron fuerzas paramilitares para defender negocios lícitos para unos, donde sus grandes negocios también lo son, así como los ilícitos donde estos grupos delinquen y hacen daño.

Nada que ver con nuestras tribus, las que seguirán viviendo del rebusque, pero son famosos en el mundo por sus gran trabajo artesanal. ¿Quién no tiene una mochila arhuaca o una hamaca de San Jacinto? Creo que podrán decir con orgullo: pobres pero honrados.

 

Luis Ernesto Ruiz

Comentarios