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Según Pardo, desde el siglo XIX hasta el presente, en el Tolima apenas diecinueve mujeres han escrito novelas, 38 obras, menos del diez por ciento de las 370 de autoría tolimense. Otro indicador de la cultura machista en nuestro suelo, porque con seguridad esta baja producción no ha sido por falta de capacidad o de sensibilidad de ellas, sino de oportunidades. La literatura, al igual que la política y buena parte de la economía, estaba dominada por hombres. Por fortuna, las cosas están cambiando aceleradamente. Nuestra memoria histórica nunca estará completa, mientras la producción literaria femenina no avance.
Superar el patriarcado supone que la mujer deja de ser objeto, para reconocérsele como sujeto de la historia. La reseña de Pardo comienza con la libanense Uva Jaramillo (1893) y la ibaguereña Luz Stella (1899), precursoras de las letras femeninas tolimenses, incluye además de otras, a Julia Mercedes Castilla, a Mery Yolanda Sánchez, a Zoraida Sánchez de Cadavid, a quien conocí y traté durante mi adolescencia, y también a dos mujeres que admiro, Eliana López y Juanita Restrepo. Creo que este libro va a animar a otras mujeres a escribir y publicar sus historias. Esta época ha mercantilizado a la mujer, quizás como ninguna, pese a los indiscutibles progresos de género que se registran. Dejarla atrás pasa porque las propias mujeres se interesen en los libros más que en el Botox. Las mujeres tienen su propia perspectiva. Así lo han dejado demostrado grandes escritoras, entre otras muchas, Jane Austen, Mary Shelley, la autora de la primera novela de ciencia ficción moderna (Frankenstein), Virginia Wolf, Soledad Acosta, Gabriela Mistral, y Han Kang, a quien le acaban de otorgar el Nobel de literatura.
Por las mismas razones, aplaudo que la librería Pérgamo haya convocado para hoy la feria del libro, ‘Camina leemos’, en el colegio San Bonifacio de las Lanzas. De acceso gratuito y para todos los públicos. Busca así promover la lectura, especialmente entre nuestros jóvenes. Muchos de ellos, hechizados por los contenidos basura que circulan en las redes sociales, van camino de ser analfabetas funcionales, dados los problemas de comprensión de lectura que tienen, como ha quedado evidenciado en las pruebas PISA (2022) en las que Colombia ocupó el puesto 54 entre 81 países. El antídoto es leer, leer y leer.
‘Las novelitas del Tolima’ y la Feria del libro de Pérgamo son hechos positivos en el campo cultural tolimense que van a incentivar la lectura y la escritura entre gente de todas las edades. Hace años se decía que había tres cosas que toda persona debería hacer en la vida: tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro. Las tasas de natalidad están decreciendo a niveles ambientalmente sostenibles. Por idénticas razones, sembrar un árbol es más necesario hoy que nunca, y al paso que vamos, con la inteligencia artificial, escribir libros será de las pocas parcelas genuinamente humanas que nos queden.
Esta semana estuve en Praga y visité la casa de Franz Kafka, su principal ícono literario. Allí me pregunté por qué razón en Ibagué no hay un monumento a Luz Stella, ni a Jorge Isaac ni a Álvaro Mutis.
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