Con más pena y sin gloria

Jaime Eduardo Reyes

La respuesta del presidente Petro al hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso de la República ratificó el talante autoritario del primer mandatario de los colombianos al maldecir a los congresistas.
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Los congresistas mostraron mucha seriedad parlamentaria al negarse a poner en riesgo las finanzas del estado con un proyecto que como fue presentado inicialmente aumentaba el déficit y ponía en riesgo la regla fiscal, de lejos era una ley inconveniente para el país. 

La última versión de la ley de financiamiento iba en 3 billones de pesos de rentas fiscales nuevas y 6 billones provendrían de un mayor endeudamiento producto de adelantar un año el cumplimiento de la regla fiscal implicando un mayor gasto y no mayores ingresos.

El Congreso le recordó al presidente el principio de separación de poderes, las cuatro comisiones económicas del Congreso votaron negativamente la propuesta de reforma tributaria. Este suceso es coherente con lo ocurrido meses atrás en el debate del presupuesto 2025. Recordemos que el Senado no aprobó el presupuesto del año entrante, debido a que estaba sobredimensionado y desfinanciado, 511 billones de presupuesto básico y 12 billones de pesos de una ley de financiamiento que eran sobre todo ingresos contingentes.

La salida del Ministro Bonilla del Ministerio de Hacienda le está pasando factura a las relaciones Gobierno-Congreso, también perturba los escándalos de la supuesta compra de congresistas. El Ministro se fue con más pena y sin gloria dejando un gran lío en sus tareas; se fue sin concluir el debate y aprobación de la ley de financiamiento, sin asumir una posición clara frente a la ley de competencias del Sistema General de Participaciones, con un gran problema de ingresos públicos, con un alto déficit fiscal y con un latente riesgo de incumplir la regla fiscal. El manejo de las finanzas públicas en los últimos años ha sido equivocado, entre 2023 y 2025 los gastos de funcionamiento aumentaron en 20% anual cuando la economía creció muy poco.

Evidentemente el resultado muestra un problema de gobernabilidad del gobierno nacional, de falta de confianza del Congreso en Petro. En el caso fiscal, el gran problema de fondo es que el gasto público es excesivo en relación con la capacidad de generar ingresos. 

Al finalizar 2024 el déficit del presupuesto nacional será de 5.5 puntos del PIB y tendrá una gran deuda pública, 57.8% del PIB: La cifra proyectada por Fedesarrollo es de 37 billones de pesos de desajuste presupuestal.

Así las cosas, el gobierno Petro tiene que reducir el gasto de funcionamiento, si no lo hace habrá una gran crisis fiscal; el dólar se disparará, la inflación será mayor, y las tasas de interés subirán. 

Como quiera que el gobierno nacional deberá adoptar por decreto el presupuesto 2025, tiene que recortar su presupuesto en aproximadamente un 7%, si no lo hace la crisis fiscal será mayor, y este periodo será recordado como uno con más pena y sin gloria.

Jaime Eduardo Reyes

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