PUBLICIDAD
Por un lado, productos de exportación como el café se beneficiaron del descenso en la producción de países competidores, lo que incrementó su valor de referencia. Sin embargo, esta ventaja contrasta con los desafíos que enfrentaron los agricultores de productos esenciales como el arroz y las leguminosas, quienes sufrieron los efectos de condiciones climáticas adversas en varias zonas productoras durante el segundo y tercer trimestre, junto con la volatilidad de precios en el mercado interno debido al aumento de las importaciones. Estas situaciones impactaron directamente los costos de producción.
En este contexto, es clave analizar el comportamiento del área cultivada en el país, que cerró 2024 con un crecimiento del 1,1% respecto a 2023. Cultivos esenciales como el arroz (3,8%), la papa (2,8%), las hortalizas (0,4%) y los frutales (0,3%) mostraron incrementos moderados, mientras que los cultivos de exportación, como el aguacate (2,5%), el café (1,6%) y la palma de aceite (3,4%), registraron un crecimiento sostenido. No obstante, algunos productos experimentaron una reducción significativa en sus áreas cultivadas debido a una baja productividad, como el maíz (-0,8%), la yuca (-2,3%), la caña panelera (-3%), el frijol (-6,1%), la arveja (-9,4%) y la soya (-11,1%) (UPRA, 2024).
Las condiciones climáticas tuvieron un impacto considerable en la producción de cereales y leguminosas. Por ejemplo, en el departamento del Tolima, la disminución de lluvias hasta el tercer trimestre afectó la competitividad de los cultivos, especialmente en aspectos relacionados con el riego y las condiciones del suelo. Según datos de Fedearroz, las lluvias promedio en el Tolima alcanzaron un pico de 217 mm en abril y 205 mm en octubre, siendo más crítico en ciudades como Ibagué, en la cual se promedió 216 mm en abril y 188 mm en octubre, nivel inferior cercano a un 40% sobre el promedio histórico registrado entre 1991 y 2021.
Este caso del Tolima refleja la variabilidad climática que afectó otras regiones del país. Como consecuencia, estos fenómenos asociados al cambio climático afectaron los costos de producción de los arroceros, producto básico en la economía de departamentos como el Tolima, el Huila y el Meta, entre otros. Sumado a ello, en 2024 las importaciones de arroz aumentaron un 52%, lo que generó una presión adicional sobre los costos de producción poniendo en riesgo la sostenibilidad del cultivo para 2025. Bajo este escenario, la industria molinera ha disminuido el precio de compra de arroz paddy verde, proyectando un descenso del 11%. Esta situación amenaza la seguridad alimentaria del país, ya que el arroz es el segundo cultivo de alimentos con mayor extensión sembrada con 718.733 hectáreas y constituye un alimento fundamental para la dieta de los colombianos.
Aunque la situación del arroz es compleja otros productos también enfrentaron dificultades significativas. Los efectos del cambio climático y el comercio internacional no planificado impactaron negativamente los cereales, leguminosas y oleaginosas, cuyas productividades disminuyeron un 4,5%, 13,8% y 2,8%, respectivamente, en comparación con 2023 (UPRA, 2024).
En contraste, los productos de exportación destacaron por su desempeño positivo. El café, en particular, registró un crecimiento del 33,6% en el último trimestre de 2024, alcanzando una producción cercana a 1.800.000 sacos en diciembre, con valores de referencia superiores a $2.700.000 por carga. Del total producido, cerca del 90% se destinó a la exportación, impulsando el crecimiento sectorial del PIB proyectado para inicios del año 2025 (Grupo Bancolombia, 2024).
Esta radiografía del sector agropecuario revela cómo los ciclos climáticos y las dinámicas del comercio internacional pueden beneficiar a unos productos mientras afectan gravemente a otros. Aunque esta dualidad parece paradójica, evidencia la necesidad de una planificación climática y una estrategia comercial más robustas. De cara a 2025, es crucial considerar las proyecciones climáticas. Durante el primer trimestre, se esperan lluvias por encima del promedio histórico, un escenario contrario al de 2024. Por ello, es indispensable implementar medidas de apoyo para los cultivos de ladera y otros productos vulnerables, en temas fitosanitarios, control de plagas y gestión hídrica. Asimismo, es vital desarrollar políticas anticíclicas para los productos que lo requieran, las cuales ayuden a mitigar las fluctuaciones de precios y garanticen la sostenibilidad de los productores, permitiéndoles cubrir sus costos de producción, evitar su quiebra y la reducción del área sembrada.
Luis Armando Castilla Lozano
I.A. M.Sc. Ph.D.
Presidente ASIATOL
Referencias bibliográficas:
Climate Data. (2024). Ibagué. Recuperado de: https://es.climate-data.org/america-del-sur/colombia/tolima/ibague-3386/
Fedearroz. (2024). Al Día con el Clima. Recuperado de: https://clima.fedearroz.com.co/tolima/
Federación Nacional de Cafeteros. (2024). Estadísticas Cafeteras. Recuperado de: https://federaciondecafeteros.org/wp/estadisticas-cafeteras/
Grupo Bancolombia. (2024). Radiografía Trimestral del Sector Agropecuario Colombiano. Recuperado de: https://www.bancolombia.com/empresas/capital-inteligente/especiales/informes-sectoriales/sector-agro
IDEAM. (2024). Informe de predicción climática a corto, mediano y largo plazo. Recuperado de: https://bart.ideam.gov.co/wrfideam/new_modelo/CPT/informe/Informe.pdf
Mesa Técnica Agroclimática del Tolima. (2024). Boletín Agroclimático Regional – noviembre 2024. Recuperado de: https://www.agronet.gov.co/agroclima/Paginas/DocumentosTecnicos.aspx
UPRA. (2024). Evaluaciones Agropecuarias – diciembre 2024. Recuperado de: https://upra.gov.co/es-co/Evas_Documentos/BolEVADic.pdf
Comentarios