No podemos seguir de espaldas al río Chipalo

El río Chipalo es el segundo en importancia para Ibagué, después del Combeima, Nace en los cerros noroccidentales y atraviesa la mitad de la ciudad; cruza por más de setenta barrios, ocho comunas y hace parte de la cuenca del río Totare, irrigador de cultivos en el norte del Departamento.

Su valía para Ibagué no solo radica en que su cuenca que es fuente de abastecimiento de acueductos veredales y comunitarios, sino que es un área de gran biodiversidad. Sin embargo, gran parte de su trayecto es usado para el vertimiento de aguas negras, que ha aumentado en los últimos años, debido al desmesurado crecimiento de urbanizaciones, y los vecinos del río lo emplean como un depósito de basuras. Periódicamente se llevan a cabo jornadas de limpieza y recolección de residuos, pero la contaminación sigue igual.

Según el Ibal, en Ibagué solo se trata el 14% de las aguas residuales y gran parte de ellas van al Chipalo. La recuperación de este afluente es un proyecto de varias décadas que no ha sido concluido. En la actualidad Cortolima avanza en la construcción de un colector de aguas negras, con el cual se esperan recoger los vertimientos de barrios entre Calambeo y la calle 69.

La Gobernación del Tolima también trabaja en alianza con Cortolima, a través del programa “Manos al Agua”, que pretende la recuperación y conservación de los recursos naturales de la mano de las comunidades, a través de educación ambiental, proyectos de desarrollo sostenible, campañas de concientización y jornadas de descontaminación, limpieza y recolección de residuos sólidos. Hace pocos días se cumplió una reunión con residentes de la comuna 5, en la que líderes comunales y habitantes manifestaron su compromiso de participar en la preservación de la fuente de agua.

Es indispensable que los entes gubernamentales ejecuten las obras necesarias para reducir el vertimiento de aguas negras de los barrios aledaños al río y que lleven a cabo gestiones de recuperación ambiental. No obstante, lo esencial es que los ciudadanos se hagan cargo de su responsabilidad en la preservación de este recurso natural; así que las primeras acciones para revertir el daño es que los vecinos del río no sigan arrojando basura, escombros y muebles viejos. Los ibaguereños no podemos vivir de espaldas al Chipalo.

El Nuevo Día

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