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El país necesita tener unas finanzas sostenibles y para ello es importante entre muchas otras cosas cumplir con la regla fiscal, no excederse en gastos y evitar un sobre endeudamiento.
La crisis fiscal tiene su origen en algunas decisiones tomadas por el Ministerio de Hacienda.
Durante el gobierno del presidente Duque se aumentó la deuda pública y se subsidió el precio a los combustibles. La deuda alcanzó un valor cercano al 60% del PIB. El cálculo del déficit es de 6.8% del PIB.
El Producto Interno Bruto 2024 es aproximadamente de 412 mil millones de dólares por lo que la deuda sería de aproximadamente 247 mil doscientos millones de dólares y el déficit de 28 mil 16 millones de dólares.
Se calcula que los subsidios al precio de la gasolina suman 90 billones de pesos, para tener una idea de la magnitud, el proyecto de reforma tributaria aprobada por el Congreso al Presidente Petro y al Ministro Ocampo recaudaría unos 20 billones de pesos en promedio entre el 2023 y el 2026, y la reforma de Duque y Restrepo buscó recaudar cerca de 15,2 billones de pesos.
Durante el gobierno de Petro la estrategia fiscal está fracasando. Se gastó el ingreso proyectado por deducibilidad de las regalías que nunca entró a las arcas al caerse la norma en la Corte Constitucional, esto aumentó el hueco fiscal. Tampoco ingresaron los 25 billones de pesos previstos por el Ministro Bonilla por mayor eficiencia de la DIAN y litigios ganados. Y si de estrategia para el crecimiento económico se trata, las sobretasas de renta al petróleo, la minería y los bancos desincentivó a la inversión extranjera. Si se debe hacer una crítica al gobierno es que después de haber bajado la deuda pública durante tres años, se haya vuelto a subir a los niveles del año de la pandemia sin estar en una crisis económica como la de ese año.
El lector podría estarse preguntando; ¿y todo este tema cómo me afecta a mí? Si el gobierno tiene que pagar más intereses y deudas no se tendrán espacios presupuestales para invertir en hospitales y colegios, en subsidios del ICETEX, del gas, y programas sociales.
Otra pregunta obvia es ¿Qué hacer? No existen recetas, sin embargo, algunas acciones podrían ser; por el lado del gasto, disminuir aquel que es ineficiente, reducir el aparato burocrático inoperante e ineficiente del Estado; y por el lado del ingreso recuperar la confianza, cumplir la regla fiscal, recuperar los ingresos por regalías del Petróleo, proponer una reforma tributaria estructural y de largo plazo que revise y elimine exenciones, incluir nuevos tributos y oportunidades para los municipios y departamentos, y enfrentar la evasión de forma rigurosa.
Si el gobierno hace la tarea tendrá mayor liquidez y por lo tanto podrá tener mayores niveles de ejecución presupuestal, pagar las cuentas que ya están ejecutadas y no tendrá que responder por más demandas.
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