Con razón hoy en día uno le pregunta a un chico quién fue Darío Echandía y lo menos que responde es que una plazoleta. O si el requerimiento es sobre Alberto Castilla, que una sala de conciertos. O de Tulio Varón, un colegio o un barrio. Y pare de contar.
Un interesante comentario sobre la situación del arte en Colombia, del maestro Juan Cárdenas Arroyo, pintor payanés, publicó el diario El Tiempo, el martes 13 de marzo.
El Tolima es una región afortunada. Viven y trabajan en ella personas e instituciones que se desvelan en proyectar empresas y certámenes que fecunden de realizaciones los insospechados campos del espíritu.
En un reciente reportaje José Darío Antequera (hijo del líder asesinado de la UP en 1989) dijo que “mientras la sociedad colombiana crea que la memoria es un problema del sufrimiento de las víctimas, seguirá creyendo que es un problema ajeno”.
Cada día se acentúa el desprestigio de la Iglesia en el mundo, por cuenta de la conducta depravada de prelados y sacerdotes, que ha salido a la luz vaya uno a saber si por aquello del clóset o porque las cosas deben saberse de todas formas en estos tiempos que corren, tan impredecibles, corruptos y degenerados.