Son muchas las veces en que he pensado que el estudio de la literatura no interesa mucho a las instituciones, y si ellas apoyan alguna publicación de vez en cuando, sólo es para cubrir las apariencias. Mejor dicho, ¿qué institución invierte dinero para investigar la literatura cuando la literatura no produce nada?
Qué tal que un grupo leyéramos el mismo libro y luego lo compartiéramos en público, como un foro o algo así? Aprenderíamos mucho todos y apoyaríamos la tan cacareada promoción de la lectura, en que se han invertido ingentes cantidades de recursos para un resultado bien escaso.
Debo registrar con alborozo la aparición de un libro de cuentos, en apariencia simple pero de una profundidad que sólo el humor y la buena escritura que lo adorna le configuran el calificativo de tal.
Siempre será preocupante la forma como la muerte nos demuestra a diario la fragilidad de la vida y cómo, por más poder que tengamos o más jactancia con que tratemos a los demás vivos, el hueco del destino será más poderoso que nuestra debilidad frente al olvido.
Cuando las chicharras comienzan a cantar a las cinco y media de la tarde entiendo que la época seca del año se va a dejar sentir con toda su fuerza y el calor será el amo y señor de los rincones.