Después de la muy producida rendición de cuentas del alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado y ante la ausencia de una oposición seria que lo controvierta públicamente, hay que decir que quedan más dudas que certezas.
No sorprenden las afirmaciones de la representante a la Cámara Olga Beatriz González, cuando defiende con tanto ahínco a la tristemente célebre ministra de Minas y Energía, Irene Vélez.
Una vez más el Concejo de Ibagué es protagonista en las agendas informativas, no propiamente por la agudeza de sus discusiones sino por el pésimo comportamiento de sus corporados.
Contrario a lo que muchos pueden pensar hoy, la suspensión del Alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, por su presunta participación en política no es un motivo de celebración.
No han sido pocas las críticas que con implacable artillería han llovido durante los últimos días en contra del concejal de oposición Rubén Darío Correa.
Por solicitud del Alcalde de Ibagué, la semana pasada el Concejo de la ciudad fue convocado a un nuevo período de sesiones extraordinarias. Es verdaderamente sorprendente que después de dos años de pandemia la capacidad de adaptación al cambio del cabildo local esté igual que el primer día.