Editorial: El río madre

¿Cuál el destino de los miles de pescadores y qué alimento habrá de sustituir al bagre, el bocachico, el nicuro y el capaz en la ingesta de proteína de la dieta de la ciudadanía? ¿Quién mide el impacto ambiental y social de la privatización del río? ¿A quién beneficia? ¿Cuál ha de ser la actitud de los tolimenses?

Resulta de Perogrullo resaltar la importancia del río Magdalena para Colombia. Como ocurre con el significado del río madre para el Tolima, su gente y su cultura.

El Tolima es el departamento por el que discurre el Magdalena en una mayor longitud pues lo cruza de sur a norte. A orillas del río se dio la primera bonanza exportadora con el tabaco de Ambalema.

Honda fue por centurias el puerto más importante y eje del comercio internacional de la primera Colombia. La ciudad de los puentes fue el epicentro de la gran riqueza ictiológica con la que la naturaleza bendijo a cientos de miles de colombianos.

El boga y el viudo de pescado se entrelazan indisolublemente en la cultura tolimense, a más de algo que debe ser motivo de veneración y devoción ya que al río fueron a parar los restos y la sangre de miles en los tenebrosos hechos de mediados del siglo pasado.

No tienen explicación, entonces, las razones de la indiferencia de las autoridades, los parlamentarios y la dirigencia tolimense con lo que es la columna vertebral de su cultura y , en ciertas épocas, de su economía.

Por años Bogotá ha vertido sus detritus en el Magdalena a la altura de Girardot y ha contaminado la cuenca de allí hasta Honda, sin mayor reclamo del Tolima ni exigencia alguna para resarcir el daño causado. Nadie ha alzado la voz para pedir la presencia del Tolima en Cormagdalena o participación en su multimillonario presupuesto de inversiones.

En esta ocasión cuando se pone en juego la vida misma del río, continúa el Tolima ausente del debate. ¿Qué opina de la construcción de 19 hidroeléctricas en su cauce? ¿De los miles de hectáreas productivas que van a ser anegadas y de los miles que allí habitan y trabajan? ¿Cuál la posición respecto de la construcción de muros a lo largo del río? ¿Qué habrá de ser de las tradicionales “camas” heredadas de generación en generación?

¿Cuál el destino de los miles de pescadores y qué alimento habrá de sustituir al bagre, el bocachico, el nicuro y el capaz en la ingesta de proteína de la dieta de la ciudadanía? ¿Quién mide el impacto ambiental y social de la privatización del río? ¿A quién beneficia? ¿Cuál ha de ser la actitud de los tolimenses?

REDACCIÓN EDITORIAL

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