Al descuido de las calles, a las montañas de basura, al desorden vial, a la inseguridad, a la invasión del espacio público y a la destrucción de los bienes públicos (parques, paraderos, andenes, separadores, plazas, monumentos, semáforos) se añadió una nueva situación: el robo de partes y el daño al alumbrado navideño que comenzó a instalarse hace pocos días.
Así lo denunció Edilberto Pava, gerente de Infibagué, entidad encargada de estos trabajos, quien lamentó que en la plaza de Bolívar las luminarias navideñas fueron saqueadas y destruidas. Además, la guitarra luminosa que fue instalada en la glorieta de la calle 69 con Ambalá y que fue inaugurada hace menos de 20 días, también la dañaron y le robaron luces.
“Le pedimos a la ciudadanía que nos ayude a cuidar, que denuncie si ve una situación de estas. Es muy lamentable lo que ocurrió, porque lo que se busca con el alumbrado navideño es que en diciembre la ciudad esté más bonita de lo que normalmente está”, pidió el funcionario.
Si de algo estaban orgullosos los ibaguereños era de los alumbrados navideños de los últimos años, que se convirtieron en un atractivo de la ciudad y que eran visitados masivamente. Entonces, no se explica por qué ahora los destruyen ante la mirada impávida de los demás ciudadanos. El robo y el vandalismo no lo causan todos los habitantes, ni todos invaden el espacio público o arrojan basura en las calles, pero la mayoría que no atenta contra el patrimonio colectivo se mantiene indiferente y no se preocupa por impedir que los daños sigan avanzando.
Es lamentable la degradación del comportamiento ciudadano en Ibagué. Esta apatía permite que las obras que se construyen (pocas o muchas), y que son para beneficio de todos, sean destruidas en poco tiempo. Las autoridades locales tienen que tomar medidas al respecto, en las que se articulen las sanciones con la educación a los ciudadanos sobre las normas de convivencia y el respeto de los bienes públicos.
Comentarios