Caminos de herradura, peligro al cruzar la calle Sexta y andenes ocupados por carros y bolardos han sido las principales problemáticas presentadas en el barrio Limonar, y que se han interpuesto en el desarrollo de la comuna Cuatro.
Amparo Rivera, presidenta de la Junta de Acción Comunal, describe que lo anterior ha ocasionado que el sector se convierta en un foco de accidentalidad, pese a las inversiones que ha hecho la Alcaldía, que se resumen en un reductor de velocidad en la carrera Sexta con calle 58.
La líder especifica que sobre la calle 57, entre las carreras Sexta A y Octava, la doble vía y la imprudencia de los dueños de los volantes ponen en constante peligro la integridad física de quienes allí habitan y se exponen a que un carro se los ‘lleve por delante’.
De igual forma, ocurre en la calle 58 con carrera Sexta. “Los carros van en sentido norte y sur, sin precaución”, dice la quejosa, resaltando que ese flujo vehicular que desembotella el barrio hacia la avenida Guabinal no es el adecuado para un sector residencial.
Las trochas
Pero en el barrio Limonar no solo necesitan señales de tránsito, sino la recuperación de la capa asfáltica, que por intervención del Ibal y el mismo abandono administrativo son vías internas intransitables.
Ocurre, por ejemplo, con la carrera Séptima, que desde la calle 60 hasta la 57 tiene en la mitad de la vía que conduce hasta la Clínica SaludCoop un hueco dejado desde hace más de un año por el Ibal, “obra para restaurar el sistema de alcantarillado”, cuenta la líder.
“Sobre esa misma carrera, hay un paso, que corresponde desde la calle 57 hasta la 52, que ya no tiene acceso de carros y es ahora una trocha”, muestra Rivera.
Soluciones y problemas
Ante los anteriores problemas, que han generado accidentes y daños materiales en cuatro residencias, que fueron objeto de que los carros se estrellaran sobre ellas, hay una alternativa de solución, que no ha dado mucho efecto.
Los dueños de algunas viviendas, con el ánimo de evitar la invasión del espacio público por parte de los carros que se parquean en los andenes y evitar que estos, a su vez, se estrellen contra estas infraestructuras, están construyendo bolardos al frente de sus casas.
“No hemos podido evitar esta situación, principalmente frente al hospital Federico Lleras Acosta, donde es común ver carros parqueados sobre ambos lados de la vía y obstruyendo la movilidad”, cuenta Rivera.
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