Una discusión perpetua en Ibagué ha radicado en el mal estado de las vías en varios puntos de la ciudad, situación que ha convertido en un verdadero caos la movilidad vehicular en la ciudad.

En el caso que nos atañe, debe mencionarse el puente de segunda calzada sobre el río Chipalo, en la avenida Quinta, que fue creado ante la necesidad de desembotellar esta importante vía.

Sin embargo, una vez construida esta obra, quedó en completo abandono, pues el recorrido que conduce desde la calle 102 hasta el puente así lo evidencia.

El mal estado de la vía no solo retarda la movilidad, sino que, además, el deterioro en el puente empieza a ser notable.

Como si fuera poco, a escasas cuadras, sobre la avenida Ambalá, se erige el conocido puente Progal, también en dejadez absoluta, convirtiéndose en epicentro de consumo de alucinógenos y botadero de todo tipo de basura, según declaran habitantes del barrio Villa Marta.

Este puente fue creado para articular la Avenida 102 con la Ambalá y, de tal forma, unir la avenida Mirolindo en el Sur con la Quinta, y la Ambalá en el norte; sin embargo, ha sido víctima por años de la desidia de la administración pública, al igual que los cortos tramos adjuntos a este, que también reflejan el paso de varios años de abandono.

Por otra parte, el mal estado de los puentes parece un problemas minúsculo al recorrer el barrio, donde la capa asfáltica prácticamente no existe, y donde se aprecia alcantarillas sin tapa, además del difícil acceso al que se enfrentan los vehículos que transitan por este barrio.