Cada vez que comienza un nuevo gobierno se hace un debate social sobre la idoneidad de las personas para el cargo que suenan o en el que han sido nombradas.
La presidencia de Iván Duque tiene sus horas contadas y al parecer varios de sus planes de gobierno también. Uno de ellos es la cacareada Economía Naranja, bandera del presidente saliente y que de manera tajante Daniel Rojas, coordinador del empalme “Duque-Petro”, liquidó cuando afirmó que: “La Economía Naranja es un concepto que durante cuatro años tratamos de entender y aún no entendemos”.
Tras muchos meses de preparación, hoy se inaugura en Ibagué el 46 Salón Nacional de Artistas, llamado en esta ocasión Inaudito Magdalena y desarrollado en diferentes puntos de la extensa cuenca del Río Magdalena, de Neiva a Barranquilla.
Sentado como un bebedor de Bavaria, con un ojo saltado que parece de vidrio, donde el maestro retratista copió la figura casi de palo que mostraba el implacable aniquilamiento de la edad de uno de los hombres más ancianos de Colombia, cuya inteligencia se agotaba paulatinamente; fueron afirmaciones en la prensa de 1899 para describir el retrato del octogenario presidente Sanclemente pintado por Epifanio Garay.
No había terminado la ceremonia de entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad con sus miles de páginas que recién empezaban a salir a la luz, y ya circulaban frases disonantes contra los cuatro años de trabajo de la Comisión dirigida por el Padre De Roux, tratando de descalificar lo que ni siquiera han leído.
Celebrado como el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, la noticia de la victoria de Gustavo Petro le dio la vuelta al mundo, mencionando que había sido guerrillero, senador y candidato varias veces.
El éxito histórico de la democracia sobre los regímenes absolutistas se basa en la posibilidad de renovar las élites gobernantes y en la alternancia en el poder, que entre otras cosas permiten hacer control de daños y reformas a medida que cambian las necesidades de los gobernados; ya que habitualmente las soluciones surgen de miradas frescas y cambios de rumbo en la búsqueda del bien común.
En estos momentos Colombia se encuentra en una encrucijada histórica. Tiene por un lado una enorme población que quiere y anhela cambios, arrinconada por la pobreza y la falta de oportunidades, acosada por las deudas y el hambre, hastiada de una dirigencia indolente que se pasa la ley por la faja, la reforma para su beneficio, y es insensible a las necesidades de los desposeídos mientras sigue en una fiesta eterna de corrupción y prebendas; y por el otro lado están dos candidatos que, cimentados en el malestar general, quieren ganar nuestros votos.
Aunque lo llevamos intentando hace años, finalmente este domingo 29 de mayo ganamos. Sí ¡Ganamos! Así de contundente es. Y vale la pena disfrutar este pequeño momento de victoria y regocijo que puede durar muy poco. Ganamos los ciudadanos que llevamos años y años esperando que algo cambie en el país del Sagrado Corazón.