¿Qué le falta a Ibagué para ser una verdadera ciudad?

La extensión territorial que su urbanización ha ido alcanzando y el número de los habitantes que la ha venido ocupando, en apariencia constituyen razones más que suficientes para poderle dar a de Ibagué el calificativo de ciudad.

Murió el canto del Tolima indiano

Con la muerte de Miguel Ospina Gómez se está yendo parte esencial de aquel Tolima que, a través de las melódicas expresiones nacidas de la interpretación del espíritu de sus gentes, edificó su bien ganada fama de meca mayor de la música en Colombia.

Un periodo que se inicia

Fortunosamente nuestro burgomaestre, a lo largo de sus varias campañas y sus primeras aproximaciones a los muchos temas, ha demostrado competencia, conocimiento y ganas de hacer las cosas bien.

¿Y qué de una real autonomía regional?

Se torna, así, inocuo el nuevo pensamiento político que procura la prevalencia de la capacidad decisoria de los departamentos y municipios sin perjuicio de la autoridad central.

Primero educar y luego lo demás Al oído de las nuevas administraciones

Ello requiere de una transformación de la inversión en los presupuestos y un análisis cualitativo de lo que hasta hoy se ha hecho en ese campo, acompañados por una objetiva y severa calificación de los procesos educativos y un serio compromiso con el cambio cultural.

Tiempos de paz, tiempos de amor

Con la inminencia del advenimiento de la Navidad y el nuevo año, los colombianos, al igual que millones de habitantes de este superpoblado planeta lo hacen, nos valemos del correo, el teléfono, el celular o la internet para hacer circular los más conmovidos mensajes de "Amor y Paz”

Educación e inequidad

El debate no debe cesar, no puede terminar; debe seguir pero encarando el problema con eficacia, hasta obtener, más pronto que tarde, la necesaria transformación del sistema.

Ibagué, una ciudad sin tradición

Ibagué, tal vez por su ubicación geográfica tan cercana a Bogotá y por carecer de un verdadero factor de arraigo como lo tuvieron Medellín, Manizales, Pereira o Armenia en la cultura del café, terminó por resignarse a ser el albergue temporal de diferentes grupos humanos, sin sentido de pertenencia, ni ánimo de permanecer en ella.