Estamos a pocas horas de la finalización del año 2020 y a la espera de qué sucederá en el 2021, en circunstancias que seguramente serán adversas, debido a esta crisis humanitaria que afecta al planeta entero.
En dos días estaremos celebrando la llegada de la Navidad que, por primera vez para la inmensa mayoría, debe estar enmarcada en protocolos, el primero de ellos tomar distancia física, lavarse las manos y usar tapabocas.
Ya se registran en Colombia 37 mil 808 muertes de las cuales 957 registradas en el Tolima, a causa del invisible virus, que sigue incrementando el temor, particularmente entre la población de adultos mayores. Son muchas las familias cercanas que cuentan con gestos virtuales de solidaridad por cuenta de la pérdida de un ser querido, eso constriñe el alma.
Quiero destacar en estos primeros 28 años del diario El Nuevo Día, el relieve que se ha dado a los diferentes campos como la educación, la juventud, la política, la salud, la empresa, la mujer, la ciudadanía.
En un mes estaremos preparándonos para celebrar la Navidad, que por cierto será muy atípica como todo lo vivido durante el año 2020, pero que deberá sacar de cada uno lo mejor de sí, para reconocer lo recibido, para agradecer la vida en las familias, para compartir al menos con una familia que lo requiera, parte del pan de la mesa.
El tema recurrente en los últimos 15 días, es el relacionado con las elecciones en los Estados Unidos. Le subyacen a los datos, los aprendizajes que emergen del desarrollo de este evento político, de factible aplicación en Colombia.
Mañana miércoles 28 de octubre se dará inicio al Primer Encuentro Virtual de Semilleros de Investigación de la Universidad del Tolima y de Instituciones de Educación Superior en la región. Se espera que, durante cuatro días, 28, 29 y 30 de octubre y el día martes 3 de noviembre, se desarrollen 192 ponencias de distintas áreas del conocimiento.
Cada vez que pienso en uno de los grandes ejemplos de amor por su tierra tolimense, no puedo dejar de mencionar a Carlos Orlando Pardo Rodríguez, quien, además, llega a mi memoria al lado de su amada Jackie, de sus hijos María José, Paula, Adriana y Carlos Orlando Pardo Jr. Pero igualmente lo veo al lado de su amorosa e inteligente madre, la bella señora Inesita, de quien estoy segura, heredó y potenció el gusto por las palabras y las letras, que lo han llevado a hacer soñar y disfrutar a quien toma una de sus obras para deleite en el hogar o en la academia, en todos los niveles educativos llegando a convertirse en objeto de estudio, donde es invitado para hablar de sus novelas y argumentar con fines propios de quienes avanzan en sus tesis doctorales, gracias al interés por la obra del escritor tolimense también a nivel internacional, tal como lo ha hecho el norteamericano Reimond Williams.
Datos sobre el desempleo en la mujer, me motivan a referirme a este tema. Aún más, cuando se relaciona este fenómeno social, con la ocurrencia de la pandemia mundial del Covid-19.