Si no se invierte en cultura ciudadana, el caos persistirá

La movilidad en Ibagué es cada vez más complicada, y las infracciones y accidentes de tránsito están a la orden del día.

Las medidas adoptadas por la Alcaldía son insuficientes para atender un problema que afecta el bienestar y la calidad de vida de los ibaguereños.

El parqueo en las vías públicas, la indisciplina social, el irrespeto de las normas, especialmente por parte de los motociclistas, que, además, son los principales causantes y víctimas de accidentes de tránsito, son algunos de los problemas atribuibles a los usuarios de las vías. Por otra parte, las calles insuficientes y deterioradas, la precariedad de las señales de tránsito, los semáforos fuera de servicio son fallas que debe corregir la administración municipal.

A esta anarquía habitual hay que agregarle que cuando se ejecutan trabajos de reparación, por cuenta del Ibal o de la Secretaría de Infraestructura, o cuando se llevan a cabo competencias ciclísticas o de atletismo en las vías públicas, los cierres se llevan a cabo de manera intempestiva y no se informa oportunamente a los ciudadanos sobre vías alternas o los horarios en que habrá restricciones de movilidad.

Este caos llevó a que el Concejo de Ibagué citara a un debate de control político al secretario de Movilidad, Ricardo Fabián Rodríguez. El concejal Javier Mora, citante del debate, indicó que es preciso que esta dependencia reconozca la insuficiencia en las estrategias adoptadas para reducir los accidentes.

En realidad, como señala el concejal, los operativos de control no han conseguido reducir considerablemente el número de accidentes o impedir que los conductores sigan parqueando en las vías públicas. Un ejemplo de ello es que en lo corrido del año se han impuesto más de 20.000 comparendos por diferentes infracciones, pero no se han disminuido los índices de accidentalidad y el uso de las vías como parqueaderos es igual de frecuente.

Es pertinente la propuesta del concejal Mora de modernizar los métodos de recolección de información, de forma que existan datos confiables que permitan a los funcionarios de los entes encargados tomar decisiones acertadas, y complementar los operativos de control con inversiones en infraestructura vial, señalización, modernización del sistema semafórico (lo cual ya está en proceso), reductores de velocidad, adecuación de bicicarriles y la reglamentación de las zonas azules.

Adicionalmente, hay que implementar una estrategia contundente de cultura ciudadana. Esta no es una inversión inútil, es la mejor forma de lograr una movilidad segura y organizada. La solución no se halla en poner más agentes en las calles, pues si no hay disciplina ciudadana y no se acatan las normas, será imposible alcanzar este propósito. 

 

EL NUEVO DÍA

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