Fue decretado por el presidente Gustavo Petro, debido a que en la mesa de concertación en la que participan empresarios, trabajadores y el Gobierno Nacional no se llegó a un acuerdo en el plazo establecido. Aplica para cerca del 14% de los asalariados (cerca de 3,3 millones); es el segundo más bajo entre los países de la OCDE y el sexto peor en Latinoamérica.
Para los trabajadores, el alza es beneficiosa, pues mejora el poder adquisitivo en las familias de menos ingresos y reduce las brechas salariales en un país tremendamente desigual. Sin embargo, los empresarios y empleadores tienen otra opinión, ya que el alza representa un incremento de los costos laborales, lo cual va en detrimento de la estabilidad económica y la producción.
El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, fue uno de los más críticos y tildó el alza de “populista”. Asegura que tendrá un impacto negativo especialmente en las pymes, en los restaurantes y en las pequeñas tiendas; además, afectará las tasas de interés, fomentará la informalidad y es probable que aumente la inflación, ya que muchas de las alzas del nuevo año están atadas al mínimo (copagos de EPS, pasajes de transporte público, SOAT y algunas multas de tránsito). En forma similar piensan el director de Fedesarrollo, Fernando Mejía, y el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal. El primero recordó que en 2022 el alza salarial produjo un efecto desastroso en la inflación y en las oportunidades laborales. Cabal, por su parte, señala que se pone en riesgo la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas.
El centro de Estudios Laborales Correa de la Hoz señala, por el contrario, que incrementos del salario mínimo superiores a la inflación, en países como México y Brasil tuvieron efectos positivos, ya que disminuyó la pobreza, se mejoró la distribución del ingreso, se fortaleció la capacidad de consumo y no se perjudicó la estabilidad de la economía.
Habrá que esperar cómo será el desempeño de la economía en los próximos meses, en los que se pondrá a prueba la capacidad de adaptación de las empresas (sobre todo las pequeñas) a estas nuevas condiciones, así como el impacto en el consumo y la inflación.
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