El Banco recolecta alimentos y donaciones que son vendidos a bajo costo a las familias que los necesitan o a instituciones que trabajan con población vulnerable. Debido a la dispersión de las familias que requieren ayuda (en veredas y asentamientos informales), desde 2012, la asistencia se coordina a través de las parroquias que se encargan de establecer cuáles son las que requieren más apoyo para su subsistencia. Durante el primer semestre de 2024 llegó a más de 45.000 personas.
La recolección de alimentos se gestiona a través de la donación por parte de empresas o personas. Otro de los mecanismos es el Plan Padrino que consiste en que una persona o una empresa realizan un aporte económico mensual (desde 20.000 pesos) a una cuenta de ahorros a nombre del Banco Arquidiocesano de Alimentos. Cada uno de los donantes recibirá un informe periódico acerca de la familia beneficiada (ahijada).
Además del programa de recolección y distribución de alimentos que se desarrolla de forma permanente, una vez cada año el Banco Arquidiocesano de Alimentos organiza la “Alimentatón”, una jornada especial para que los ciudadanos y empresas, que estén en condiciones de hacerlo, donen mercados y dinero en efectivo para fortalecer el programa.
Este año, la “Alimentatón” se cumplirá el primero de noviembre. Se definió como punto de entrega de las donaciones el Éxito de la calle 80, a donde las personas podrán entregar sus ayudas. Las empresas o donantes individuales pueden llevar los siguientes productos: granos (arroz, fríjol, lentejas, garbanzos); enlatados (atún, sardinas); aceite vegetal, azúcar y panela, harina de maíz o de trigo, pasta y fideos, café y chocolate en polvo, o leche en polvo.
Existen e Ibagué miles de familias que necesitan una mano amiga, bien sea por situaciones transitorias de calamidad, o porque sus ingresos no les permiten comprar los artículos para suplir sus requerimientos nutricionales. De igual forma, miles de ibaguereños, empresarios y empleados, tienen la posibilidad de donar, y lo hacen de manera silenciosa y permanente. Esta es una oportunidad de canalizar mejor estas ayudas. Por eso, el Banco Arquidiocesano de Alimentos apela a la demostrada solidaridad de los ibaguereños.
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