Aunque en ocasiones esa expectativa mundial se mire internamente con escepticismo por muchos sectores, en círculos de opinión muy acatados de todo el orbe crecen los presagios acerca de la concreción de buenas noticias, el último de ellos el diario neoyorquino The Wall Street que en sus predicciones de Año Nuevo señala a sus lectores que deben mirar a Colombia a la espera de buenas nuevas.
El problema del agua para los habitantes de Ibagué, a corto y largo plazo, pinta bastante difícil. No sólo por los desastrosos efectos del cambio climático que ya se sienten, sino por la calidad de agua que consumen los ibaguereños y también los tolimenses.
En un estrecho espacio territorial de cinco cuadras de la ciudad de Ibagué, se refleja en poco y en mucho, la realidad actual del estado –pasado, presente y futuro- de emblemáticas iniciativas culturales en el Tolima, que nos evidencia la cruel realidad existente en ésta olvidada área de trascendental importancia para el desarrollo integral de la región.
El Diablo de Purificación – tristemente famoso por estos días- representa la expresión regional de un tipo de comportamiento –que existió con mucha presencia institucional a mediados y fines del siglo pasado y aún sigue vigente- frente a los fines por conquistar a través de la política y el ejercicio del poder en la región.