Piedad con Calambeo (2)

Carmen Inés Cruz Betancourt

Mi columna anterior sobre este tema recibió numerosos comentarios que aportan elementos para un conocimiento más completo de la problemática que enfrentan los residentes de aquel sector, quienes claman atención de los entes gubernamentales competentes, como también de la ciudadanía que debe contribuir a las soluciones.
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Agradezco a quienes tomaron tiempo para leer y enviarme sus observaciones y presento disculpas porque, por limitaciones de espacio, no puedo incluir todos los comentarios recibidos. Así que, para esta columna, recojo aquellos que considero más relevantes y en forma resumida los transcribo:

1- “… En Calambeo padecemos todos los problemas que señala y agrego que a las construcciones que hacen en la montaña se suma que, quienes cultivan en sus laderas, con frecuencia hacen rocerías y quedan peladas. Eso hace que el agua no tenga unos supresores de velocidad y la montaña se va erosionando. En consecuencia, es alta la probabilidad de que se produzcan deslizamientos en masa, porque son terrenos arenosos y con poca estabilidad…”

2- “… Me inquieta que quieren construir un templo en un lote cerca a mi casa. No tengo nada contra las iglesias, pero son muchos los problemas que se pueden derivar, sobre los cuales no se tiene gobernabilidad: carros en las vías (porque no hay parqueaderos) “ cuidadores de carros”, ventas callejeras, indigentes, acumulación de basuras, cantos, música, celebraciones con pólvora y ruido en un sitio de viviendas campestres  habitado por personas mayores, en su mayoría, … por el que pagamos un alto impuesto ambiental … Es mucho lo que vamos a perder en calidad de habitación y paisaje…”

3- “…Con esas construcciones masivas, como donde vive mi madre, no solo han invadido una reserva natural, también llegan vecinos que no respetan el modo tranquilo de vivir entre la naturaleza y en comunidad. Además, las aguas negras van a reventar la hermosa quebrada que cruza el jardín botánico, que cada vez está más devastado. Desde nuestra casa observamos predios cultivados, que cuando terminan su función, queman y luego riegan abonos y pesticidas que esparcen su olor insoportable a muchos metros. Nadie ha pensado en la flora y fauna del lugar. Si continúan dando permisos para construir no creo que aguante mucho este sector. La situación es insostenible. ¿Quién nos protege de las constructoras?...”

4- “…Algunos vecinos han venido librando una batalla quijotesca desde hace muchos años, y a veces parecen darse por vencidos porque no reciben suficiente apoyo de los residentes; muchos se limitan a quejarse y esperan que otros hagan; lamentablemente, la negligencia y el importaculismo campean.  Hace carrera el mutismo, porque decir la verdad ocasiona malestar a algunos e intimida a otros. Por eso algunos abandonan la lucha, pero es tiempo de retomarla… ” 

5- “… Los abusos con el área llevan muchos años; son crecientes y ampliamente conocidos por Cortolima, por los órganos de control y demás entidades públicas competentes. La comunidad considera que han contado con la complicidad de las administraciones y la negligencia de las entidades de control. Actualmente estamos a la espera de las decisiones de un juez que, al parecer, finalmente se ha percatado de los atropellos y sus consecuencias. Ojalá en esta ocasión intervengan en forma eficaz para salvar a Calambeo de tanto atropello, porque el daño es grande y no solo afecta a quienes vivimos en este entorno. También perjudica gravemente a toda la ciudad… ”

Las consideraciones anotadas no dejan duda sobre la necesidad de que las entidades competentes intervengan en forma contundente. A ese clamor de los residentes de Calambeo se suma la ciudadanía ibaguereña.

Nota: Por vacaciones, esta columna dejará de publicarse durante las siguientes semanas.

 

Carmen Inés Cruz

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