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Agradezco a quienes tomaron tiempo para leer y enviarme sus observaciones y presento disculpas porque, por limitaciones de espacio, no puedo incluir todos los comentarios recibidos. Así que, para esta columna, recojo aquellos que considero más relevantes y en forma resumida los transcribo:
1- “… En Calambeo padecemos todos los problemas que señala y agrego que a las construcciones que hacen en la montaña se suma que, quienes cultivan en sus laderas, con frecuencia hacen rocerías y quedan peladas. Eso hace que el agua no tenga unos supresores de velocidad y la montaña se va erosionando. En consecuencia, es alta la probabilidad de que se produzcan deslizamientos en masa, porque son terrenos arenosos y con poca estabilidad…”
2- “… Me inquieta que quieren construir un templo en un lote cerca a mi casa. No tengo nada contra las iglesias, pero son muchos los problemas que se pueden derivar, sobre los cuales no se tiene gobernabilidad: carros en las vías (porque no hay parqueaderos) “ cuidadores de carros”, ventas callejeras, indigentes, acumulación de basuras, cantos, música, celebraciones con pólvora y ruido en un sitio de viviendas campestres habitado por personas mayores, en su mayoría, … por el que pagamos un alto impuesto ambiental … Es mucho lo que vamos a perder en calidad de habitación y paisaje…”
3- “…Con esas construcciones masivas, como donde vive mi madre, no solo han invadido una reserva natural, también llegan vecinos que no respetan el modo tranquilo de vivir entre la naturaleza y en comunidad. Además, las aguas negras van a reventar la hermosa quebrada que cruza el jardín botánico, que cada vez está más devastado. Desde nuestra casa observamos predios cultivados, que cuando terminan su función, queman y luego riegan abonos y pesticidas que esparcen su olor insoportable a muchos metros. Nadie ha pensado en la flora y fauna del lugar. Si continúan dando permisos para construir no creo que aguante mucho este sector. La situación es insostenible. ¿Quién nos protege de las constructoras?...”
4- “…Algunos vecinos han venido librando una batalla quijotesca desde hace muchos años, y a veces parecen darse por vencidos porque no reciben suficiente apoyo de los residentes; muchos se limitan a quejarse y esperan que otros hagan; lamentablemente, la negligencia y el importaculismo campean. Hace carrera el mutismo, porque decir la verdad ocasiona malestar a algunos e intimida a otros. Por eso algunos abandonan la lucha, pero es tiempo de retomarla… ”
5- “… Los abusos con el área llevan muchos años; son crecientes y ampliamente conocidos por Cortolima, por los órganos de control y demás entidades públicas competentes. La comunidad considera que han contado con la complicidad de las administraciones y la negligencia de las entidades de control. Actualmente estamos a la espera de las decisiones de un juez que, al parecer, finalmente se ha percatado de los atropellos y sus consecuencias. Ojalá en esta ocasión intervengan en forma eficaz para salvar a Calambeo de tanto atropello, porque el daño es grande y no solo afecta a quienes vivimos en este entorno. También perjudica gravemente a toda la ciudad… ”
Las consideraciones anotadas no dejan duda sobre la necesidad de que las entidades competentes intervengan en forma contundente. A ese clamor de los residentes de Calambeo se suma la ciudadanía ibaguereña.
Nota: Por vacaciones, esta columna dejará de publicarse durante las siguientes semanas.
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