El voto en blanco constituyó en el pasado debate electoral, una tercera fuerza electoral en el Tolima, si tenemos en cuenta la votación registrada para candidatos a la Gobernación, en la cual el ganador Luis Carlos Delgado obtuvo 243 mil 712 votos, seguido por Caicedo con 174 mil 579 y luego por el voto en blanco con 50 mil (para ser más precisos con 49 mil 992).
Un buen gobierno no es sólo un buen programa. Pero si el programa de gobierno es bueno - y sobre todo en estas agitadas épocas electorales- obvio, el candidato abre espacios y expectativas a su favor.
Dentro de los muchos pulsos de fuerza política en juego, para definir en el próximo debate electoral, sin lugar a dudas, uno de los más llamativos está centrado en el de Uribe y Santos.
Un reciente informe de PNUD asegura que uno de tres colombianos es campesino y el 75 por ciento de los municipios es rural. Vale la pena entonces, traer dichas cifras a nuestro entorno regional y preguntarnos:
A nivel regional se reflejan las orientaciones que los partidos y movimientos políticos lanzan desde la capital de la República, o desde el lugar donde realicen sus congresos o asambleas decisorias. Mal o bien, son directrices orientadoras al interior de las colectividades, aunque todavía no se han consolidado los partidos para que esas pautas partidistas fluyan con agilidad y eficacia.
Ibagué se encuentra en la categoría B de las ciudades con urgencia de intervención en materia de seguridad, según lo establece un estudio elaborado recientemente por la Alta Consejería Presidencial para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana.
De entrada, suena irrespetuoso. Pero la fraternidad existente con los candidatos y la esperanza en la resurrección de la esperanza amarilla nos lleva a formular esta incómoda pregunta: