El primer presidente de Estados Unidos, George Washington, no fue miembro oficial de ningún partido político, pero seguía las ideas de los federalistas.
Pese a los impresionantes avances científicos, tecnológicos y económicos globales, para muchos expertos en temas de geopolítica, el mundo actual ya está en una nueva Guerra Fría entre las potencias militares de oriente y occidente con sus poderosos equipos y armamentos nucleares que se traducen en un peligro de una “destrucción mutua asegurada”.
En estos tiempos en que las Cortes “interpretan y legislan”, el Congreso “administra y ejecuta” según las instrucciones de los gobernantes, y el ejecutivo “investiga, juzga y condena” y hasta “legisla”, es oportuno recordar el origen del llamado “principio de la separación de poderes” que es la base de las democracias contemporáneas.
El tema de la interceptación de comunicaciones por parte de los gobiernos no es nuevo: Desde la antigüedad ha existido porque los gobernantes se afanan por estar bien informados y los líderes siempre han buscado a toda costa conocer las fortalezas y debilidades de sus amigos o enemigos.
Muy oportuna la columna de opinión de Alberto Enrique Pacheco titulada: ‘La meditación’. Es oportuna por el crecimiento alarmante de los problemas de salud mental para muchas personas que por diversas causas se traducen en estrés, depresión y ansiedad con consecuencias muchas veces fatales. Por lo tanto, aprender a meditar o relajarse mentalmente es cada día más importante.
El mundo viene cambiando aceleradamente y así mismo las ideologías de los ciudadanos. Este 2024 viene cargado de elecciones y sus resultados nos darán luces sobre para dónde va la política internacional. Se celebrarán comicios generales en aproximadamente 60 países que concentran más del 40 % de la población mundial. Este será un año histórico para la democracia en Estados Unidos, India, varios países de la Unión Europea, Rusia, Taiwán e Irán, entre otros. En América Latina diez países acudirán a las urnas: El Salvador, Panamá, República Dominicana, México, Uruguay y Venezuela buscan elegir presidentes, y Costa Rica, Brasil y Chile, van por elecciones locales.
Sin perjuicio de la excepcional gravedad del escándalo protagonizado por Nicolás Petro, hijo del presidente de la República, estos hechos nos han hecho recordar varios sucesos similares en la historia de nuestro país. Viene a nuestra mente como el prócer Antonio Nariño al dejar la presidencia encargó a su tío Manuel Bernardo Álvarez en claro acto de nepotismo.