Hay una sensación creciente entre los colombianos de todos los estratos sociales: la seguridad en el país se está nuevamente desmadrando. Se está saliendo de cauce y está en franco deterioro.
Que buenas noticias las que ha comunicado el señor ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, al cierre de la versión 2012 de Anato.
La riqueza y variedad de la Amazonia colombiana no tiene límites. Hay que reconocer que muy poco conocemos los colombianos sobre esta franja del territorio nacional llena de biodiversidad y riqueza natural.
No son uno, ni dos, ni tres, si no más de 30 comentarios que en la última semana escuché de pequeños comerciantes de Ibagué, quejándose por el abuso que Sayco-Acinpro viene haciendo para con pequeños negocios.
Por razones de mis actividades académicas llegaron a mis manos dos muy buenas publicaciones escritas cada una en un género periodístico diferente. Una en crónica y la otra en entrevista.
Con todo respeto por la señora Ministra de Educación y por el propio Gobierno nacional, la tan mentada y promocionada gratuidad educativa no es más que un cuento chino. O por lo contrario es una verdad pública a medias de parte de las instancias nacionales.
No cabe duda de que el mundo científico y exploratorio de las cualidades de la naturaleza, el universo y la Tierra misma avanzan a pasos agigantados y esos descubrimientos cada día comienzan aplicarse más para el bienestar de la raza humana y en todas las ciencias en general.
Con el término Chindia se denomina el análisis al fenómeno de crecimiento político, económico y de desarrollo que vienen liderando desde hace algunos años en el mundo estos dos gigantes del continente asiático: China e India.
Realmente iba a ocuparme de otro tema en este espacio que generosamente me da EL NUEVO DÍA cada ocho días para contar lo que pienso y piensa mucha gente sobre temas varios,
Todo pasa simplemente por recomendar recortes de inversión, despidos generalizados y control del gasto público, otra discusión que enfrente no sólo a los gobiernos con las calificadoras de riesgos, sino con muchos de sus propios bancos centrales.